Las mujeres están protegidas contra un infarto hasta la menopausia debido a los estrógenos, que son las hormonas típicas de la mujer.
En este sentido, cuando llega este período de reducción de estrógenos se produce una caída abrupta de estrógenos, por lo que automáticamente pierde ese escudo de defensa.
“Las mujeres se mueren más de problemas cardíacos que de cáncer. La tasa de mortalidad por problemas cardíacos es mayor que la del cáncer en las mujeres. El vacío se manifiesta en la ignorancia al desconocer que, después de la menopausia, las mujeres tienen mayor riesgos de morir del corazón, incluso más que los hombres”,
manifestó el cardiólogo y electrofisiólogo, Dr. Enrique Melgarejo, en entrevista exclusiva con la revista Medicina y Salud Pública (MSP).
El Dr. Melgarejo, quien es expresidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología, explica que en la menopausia los factores de riesgo agreden directamente al endotelio y se inicia el proceso de reducción de estrógenos de la placa de colesterol con la creación del ateroma que lleva al infarto.
Sin embargo, es importante destacar que una mujer joven o incluso adolescente, que sea fumadora, diabética o padezca obesidad, automáticamente pierde la protección de los mencionados y son más propensas a sufrir de problemas cardiovasculares por la reducción de estrógenos.
Un infarto no es cuestión de género
Generalmente, la sociedad cree que el infarto es cuestión de hombres, lo que cardiólogos consideran un pensamiento erróneo.
Sus 33 años de experiencia en el campo, le han revelado al Dr. Melgarejo que -en cuestiones generales- la mujer no pasa un año sin realizarse la citología o mamografía pero nunca un chequeo cardiovascular.
“Por cada mujer que muere por cáncer de seno, hay 20 sepultadas por infarto. Después de la menopausia puede que las mujeres se infarten más que los hombres”,
afirmó el cardiólogo.
Haciendo énfasis en las arterias coronarias que rigen el corazón hay un punto importante que difiere entre los hombres y las mujeres. Esto, debido a que las mujeres tienen una superficie corporal menor que los hombres. Por lo tanto, las coronarias son más delgadas y tortuosas.
Por ejemplo, en caso de un bypass o cirugía coronaria, es más difícil realizarla en las mujeres que en los hombres. “Esas medidas le favorecen más a los hombres”, expresó Melgarejo.
Según encuestas realizadas entre el 2010 y 2018 a mujeres de Latinoamérica sobre la percepción de los problemas cardiovasculares, como resultado se evidenció que las mujeres pusieron el cáncer de seno como primer causa de muerte, seguido del cáncer de útero; el infarto lo ubicaron como sexta causa.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la primera causa de mortalidad en todo el planeta se debe a problemas cardiovasculares. Por ejemplo, en Puerto Rico la enfermedad cardíaca lidera las causas de muerte. Alrededor de cinco mil puertorriqueños mueren anualmente como consecuencia de las enfermedades del corazón, lo que supera las incidencias de cáncer y otras condiciones de acuerdo con el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico.
Con respecto a la obesidad y su relación con problemas o enfermedades cardiovasculares en las mujeres, existen dos tipos: la obesidad tipo pera y la obesidad tipo manzana.
Melgarejo explica que la tipo pera es aquella que tiene la grasa distribuida en todo su cuerpo, pero la segunda (tipo manzana) es cuando la grasa está concentrada en el abdomen. “Esa es la grasa mala. La grasa que produce los infartos”, concluyó.