Cinco mitos en la cardiología

¿Cuánto sabes realmente sobre las enfermedades cardiovasculares? Es fácil crear conceptos erróneos acerca de esto.

Redacción MSP

    Cinco mitos en la cardiología

    Por: Dra. Norma Devarie, Reparto Metropolitano

    ¿Eres de los que cree que las enfermedades cardiovasculares las padece el vecino mayor de edad o un amigo que es amante de comer comidas chatarras? O eres de los que saben la verdad, que estas enfermedades pueden afectar a personas de cualquier edad y aun a personas que comen saludablemente.

    Creer cosas falsas puede empeorar tu corazón. Las enfermedades cardiovasculares matan más americanos cada año que cualquier otra enfermedad.

    Aquí algunos mitos sobre estas enfermedades:

    “No necesito evaluar mi colesterol hasta tener más de 50 años”.

    La Asociación Americana del Corazón recomienda evaluarse los niveles de colesterol desde los 20 años. Es aconsejable incluso evaluarlo antes si hay un historial de enfermedad cardiovascular en tu familia. Los niños de estas familias tienen unos niveles de colesterol altos, poniéndolos a riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular en etapa adulta. Puedes proteger la salud de tu familia y la tuya al comer una dieta saludable y hace ejercicio regularmente.

    Fallo cardíaco significa que el corazón deja de latir”.

    El corazón deja de latir súbitamente cuando ocurre un paro cardíaco no en el fallo cardíaco. En el fallo cardíaco, el corazón continúa trabajando, pero no bombea la sangre como debería hacerlo. El fallo puede causar falta de aire, hinchazón de las piernas o tos persistente y sibilancia. En el paro la persona pierde la conciencia y deja de respirar normalmente.

    “El dolor en mis piernas debe ser producto de mi edad. Estoy seguro que no tiene que ver nada con mi corazón”.

    Dolor en las piernas puede ser un signo de una condición llamada enfermedad arterial periférica (PAD por sus siglas en ingles). Esta condición puede ser causada por un bloqueo en la arteria debido a una placa ateromatosa. El riesgo de enfermedad cardiovascular o derrame cerebral aumenta 5 veces en personas con PAD.

    “Mi corazón está latiendo demasiado rápido. Debo estar teniendo un ataque cardíaco”.

    Alguna variación en tu frecuencia cardíaca puede ser normal. Tu pulso aumenta normalmente durante el ejercicio o con cualquier agitación y disminuye durante el sueño. La mayoría de las veces, un cambio en tu pulso no es algo para preocuparse. Pero a veces, puede ser un signo de una arritmia, un latido anormal o irregular. La mayoría de las arritmias son inofensivas pero algunas pueden durar lo suficiente como para impactar el buen funcionamiento del corazón y requerir tratamiento.  

    “Debo evitar el ejercicio luego de un ataque cardíaco”.

    Nada más incorrecto. Tan pronto como sea posible debes comenzar un régimen de ejercicio aprobado por tu médico. Estudios demuestran que sobrevivientes de un infarto que se ejercitan regularmente y hacen cambios en otros factores de riesgo viven más tiempo que los que no lo hacen. Personas con condiciones crónicas típicamente encuentran que es seguro y beneficioso realizar una actividad de moderada intensidad. La Asociación Americana del Corazón recomienda por lo menos 2 horas y media de actividad física moderada por semana. Comenzar un programa de rehabilitación cardíaca o un programa diseñado por tu médico que te ayude a alcanzar tus necesidades.

    Conocer la verdad sobre esta enfermedad y controlar sus factores de riesgos le ayudará a prevenirlas. Una visita a tu médico de cabecera que te envíe los estudios necesarios es importante  para un diagnóstico temprano. ­­­

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