La comprensión o invasión tumoral de las vías urinarias puede provocar insuficiencia renal aguda e infecciones graves.
En una entrevista exclusiva con la revista Medicina y Salud Pública, el Dr. Santiago Rodríguez, urólogo del Hospital Universitario San Ignacio, abordó uno de los temas más desafiantes en onconefrología, la uropatía obstructiva en pacientes con cáncer, una complicación que puede comprometer significativamente la calidad de vida y supervivencia de los pacientes.
El especialista explicó que diversos tipos de cáncer pueden provocar esta complicación. "Digamos que abarcamos distintos grupos de tumores que pueden llegar a causar esta obstrucción. Hablando desde el punto de vista urológico está el cáncer de próstata y cáncer de vejiga y cáncer de uréteres son los principales", señaló el Dr. Rodríguez.
Sin embargo, la problemática no se limita a los tumores urológicos. "Hay otras malignidades que también van a causar una compresión extrínseca de la vía urinaria: de la parte femenina el cáncer de cérvix, de cuello uterino, de ovario; de la parte gastrointestinal el cáncer de colon y recto", agregó el especialista.
El reconocimiento temprano de los síntomas es crucial para el manejo efectivo de estos pacientes. El Dr. Rodríguez enfatizó que la presentación clínica varía según el estadio de la enfermedad:
"En estadios no tan avanzados no va a tener ningún tipo de síntoma. Sin embargo, estos pacientes están todo el tiempo chequeándose con exámenes, con imágenes, con función renal, y ahí es cuando uno se da cuenta con una imagen cuando hay hidronefrosis o dilatación de la vía urinaria y en la elevación de la creatinina".
Los síntomas más frecuentes incluyen dolor y, en casos más graves, "muchas veces se presenta como infecciones urinarias complicadas, sepsis urinarias. Ahí es cuando uno se va guiando a pensar que la obstrucción está causando todo eso", explicó el urólogo.
Para el manejo de la uropatía obstructiva, existen dos opciones principales de derivación urinaria. "Son las dos opciones que tenemos de derivación de la vía urinaria y ¿en qué cambian? En que una es más invasiva que la otra", detalló el Dr. Rodríguez.
Las nefrostomías percutáneas representan "un acceso exterior y eso lo realiza un radiólogo intervencionista generalmente", mientras que "el catéter doble J también es una derivación, pero se hace vía interna. Es una cirugía, se requiere un equipo endoscópico y se deja un catéter por dentro durante el tiempo que requiera".
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El especialista destacó que el éxito del tratamiento depende en gran medida de la coordinación entre diferentes especialidades médicas. "Es súper importante el manejo multidisciplinario en estos casos", enfatizó.
"Nosotros lo que hacemos es evaluar al paciente y hablamos con el equipo de oncología, con el equipo de cuidados paliativos, con medicina interna, geriatría, para ver cuál va a ser el pronóstico de la enfermedad y si lo que vamos a hacer realmente va a tener un impacto en su calidad de vida y en su supervivencia", explicó el Dr. Rodríguez.
Un aspecto fundamental en el manejo de estos pacientes es el equilibrio entre el beneficio terapéutico y la calidad de vida. "No podemos olvidarnos que la calidad de vida es muy importante en este tipo de pacientes y muchas veces lo que nosotros hagamos puede deteriorarla", advirtió el especialista.
Por esta razón, "no solamente es derivarlo y afectar su calidad de vida, sino ver qué impacto va a tener en el paciente. Entonces, digamos que la comunicación es continua con los distintos servicios y entre todos decidimos qué va a ser lo mejor para el paciente".
La uropatía obstructiva en pacientes oncológicos representa un desafío médico complejo que requiere un abordaje integral, donde la experiencia urológica se combine con la visión multidisciplinaria para ofrecer el mejor cuidado posible a estos pacientes vulnerables.