Personas pueden contraer COVID-19 entre la primero y la segunda dosis de la vacuna

Esto es un mito que aparece cada año durante las campañas contra el virus de la influenza, que suele circular en otoño e invierno.

Medicina y Salud Pública

    Personas pueden contraer COVID-19 entre la primero y la segunda dosis de la vacuna

    El organismo tarda unos 14 días en fabricar anticuerpos tras recibir la vacuna.

    Muchas de las vacunas que ya se administran requieren dos dosis para conseguir la protección máxima

    Katherine Trujillo Useche
    Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública 

    En Brasil una enfermera, María Angélica Sobrinho, de 53 años fue la primera en ser vacunada contra el COVID-19 en la ciudad de Bahía. Unos días después mostró síntomas y se le diagnosticó con COVID-19.

    En varios países del mundo se han reportado casos de pacientes que durante el tiempo de una dosis y otra han contraído la enfermedad. Es por esto que es necesario entender que es lo que puede suceder en ese intervalo de la primera dosis y la segunda.

    Protección incompleta

    Las vacunas que se utilizan necesitan dos dosis para asegurar la protección completa, como la de Pfizer, Oxford/AstraZeneca, Coronavac, Moderna o Sputnik V. El tiempo entre una dosis y otra varía dependiendo quién la fabricó. Pfizer recomienda dejar pasar 21 días y la Universidad de Oxford tres meses.

    “Ninguna vacuna disponible es capaz de proteger antes de que hayan pasado 14 días que se aplicó la primera dosis, ya sea contra la COVID-19 u otra enfermedad”, aclaró la doctora Ballalai, vicepresidenta de la Sociedad Brasileña de Inmunizaciones.

    Las vacunas suelen contener antígenos, unas sustancias que interactúan con el sistema inmune y crean los anticuerpos necesarios para combatir una futura invasión vírica.

    Este es un proceso que tarda un tiempo en completarse, las células inmunitarias necesitan reconocer los antígenos, interactuar con ellos y crear una reacción satisfactoria. Este trabajo suele tomar dos semanas.  

    Es por esto que se necesita que el paciente que reciba una primera dosis siga protegiéndose con el uso de mascarilla, el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos entre otras medidas.

    “Recibir las dos dosis tampoco implica estar liberado para tener una vida normal”, por lo que se sabe que la vacuna protege las consecuencias más graves de la COVID-19, pero las personas inmunizadas podrían seguir transmitiendo el virus a otros, asegura la doctora.

    La vacunación también ralentiza la propagación de virus, aún se investiga en los estudios preliminares de los primeros meses de campaña. Por esto, mientras el virus continúe circulando a niveles altos y no haya una gran parte de la población vacunada, se recomienda seguir las medidas de control y respetar las respectivas restricciones.

    Imposibilidad científica

    Otra posibilidad que también se señaló recientemente la posibilidad que la propia vacuna cause COVID-19 Pero esto no lo cree posible la doctora Ballalai.

    “Los inmunizadores están hechos con virus inactivados y ni siquiera de milagro podría causar la enfermedad”, dice la especialista.

    Esto es un mito que aparece cada año durante las campañas contra el virus de la influenza, que suele circular en otoño e invierno.

    “El sujeto recibe la vacuna y unos días después presenta síntomas de gripe. Entonces llega a creer que la culpa es de la dosis aplicada” indicó la doctora.

    Por esto la explicación está en el tiempo que se necesita para que proteja. Mientras el sistema inmunológico no cese la producción de anticuerpos, el riesgo de infectarse con influenza o COVID-19 es alto.

    CoronaVac, la vacuna china, está hecha con virus inactivos, un modelo utilizado en la ciencia durante muchas décadas. Como su nombre lo indica, los coronavirus presentes en ampollas se someten a un proceso con sustancias y cambios de temperatura que lo inactivan y eliminan cualquier posibilidad de que invadan las células y se replique en el organismo.

    Recomendaciones a seguir

    Es importante saber que los efectos secundarios de las vacunas son poco frecuentes, pero posibles.  

    “El individuo puede tener fiebre, malestar y un poco de dolor”, agregó la doctora. Si el malestar no desaparece después de unos días o se vuelve más intenso, es importante buscar a un médico.

    Se debe al hecho de que los síntomas incluso pueden ser causados por el efecto de las vacunas, pero también son característicos del propio COVID-19 y sería importante descartarlos.

    Con más de 200 millones de dosis de vacuna contra la COVID-19 administradas por el mundo y la rapidez con la que se sigue administrando en varios países, no se han escuchado noticias donde  hable de efectos colaterales preocupantes que justifiquen la paralización de las campañas de vacunación.

    Mas noticias de Salud Pública