Cuatro muertes y 12 torres contaminadas con la bacteria Legionella en Harlem, Nueva York

El brote de legionelosis en Central Harlem ya deja cuatro víctimas mortales y casi un centenar de afectados. La bacteria Legionella fue detectada en 12 torres de enfriamiento y el caso reabre el debate sobre la falta de mantenimiento de la infraestructura urbana, las desigualdades en salud pública y la necesidad de mayor vigilancia ambiental en Nueva York.

Ernesto Guevara Corretjer

    Cuatro muertes y 12 torres contaminadas con la bacteria Legionella en Harlem, Nueva York

    Central Harlem, un vecindario históricamente golpeado por desigualdades sociales y sanitarias, enfrenta hoy un nuevo reto: la propagación de la enfermedad del legionario.

    Las autoridades confirmaron que cuatro personas han muerto y al menos 99 han enfermado, luego de que la bacteria Legionella se multiplicara en 12 torres de enfriamiento pertenecientes a edificios públicos y privados. Entre ellos, el Harlem Hospital, la Clínica de Salud Sexual de Harlem y el edificio Marshak del City College (CUNY).

    Aunque 11 de esas torres ya fueron desinfectadas, el brote expone un problema de fondo: fallas en la fiscalización de los sistemas de agua y refrigeración, que en ocasiones no reciben el mantenimiento requerido por ley.

    ¿Por qué está pasando esto?

    La bacteria Legionella prospera en ambientes donde el agua se estanca o circula a temperaturas templadas (entre 20 °C y 45 °C). Estos escenarios son comunes en torres de enfriamiento, sistemas de aire acondicionado centralizados, tanques de agua caliente y tuberías mal mantenidas.

    En Harlem, como en otros barrios de la ciudad, los problemas se agravan por varios factores:

    • Infraestructura antigua: muchos edificios carecen de modernización en sus sistemas de agua.

    • Desigualdad en mantenimiento: algunos propietarios incumplen los protocolos de limpieza para reducir costos.

    • Fiscalización limitada: aunque Nueva York exige reportes de control, la capacidad de inspección es insuficiente para vigilar miles de torres de enfriamiento.

    • Vulnerabilidad social: los residentes de Harlem presentan altas tasas de enfermedades crónicas como EPOC y diabetes, lo que aumenta el riesgo de cuadros graves de legionelosis.

    Este no es un hecho aislado: en 2015, un brote similar en el Bronx provocó 16 muertes. El patrón revela que, pese a avances regulatorios, la Legionella sigue siendo una amenaza recurrente ligada a deficiencias en la infraestructura urbana.

    ¿Qué es la enfermedad del legionario?

    La legionelosis es una forma de neumonía causada por la bacteria Legionella pneumophila. Se transmite al inhalar gotas de agua contaminada y no de persona a persona

    Síntomas principales:

    • Fiebre alta y escalofríos.

    • Tos persistente y dificultad respiratoria.

    • Dolor muscular, cefalea intensa y fatiga.

    • Náuseas, vómitos o diarrea en algunos pacientes.

    El riesgo de complicaciones aumenta en adultos mayores, fumadores y personas inmunocomprometidas.

    Diagnóstico y tratamiento

    El diagnóstico se realiza con pruebas como el antígeno urinario o el cultivo de secreciones respiratorias.

    El tratamiento requiere antibióticos específicos (azitromicina, levofloxacino, doxiciclina). La hospitalización es frecuente y la atención temprana marca la diferencia entre la recuperación y un desenlace fatal.

    Qué está haciendo Harlem y la ciudad de Nueva York

    El Departamento de Salud (DOHMH) desplegó brigadas para desinfectar las torres contaminadas y aumentar el muestreo en edificios cercanos. También se han emitido alertas a hospitales y clínicas para que sospechen legionelosis en pacientes con neumonía severa.

    El alcalde Eric Adams declaró que "el aire es seguro" y que los casos nuevos están en descenso, aunque reconoció la necesidad de reforzar la regulación de las torres de enfriamiento. Líderes comunitarios, por su parte, exigen mayor transparencia y cuestionan que la lista de edificios afectados se haya revelado con retraso.

    Consejos para residentes y negocios

    • Residentes: buscar atención médica inmediata si presentan fiebre, tos o dificultad respiratoria; no retrasar la consulta médica. Evitar spas o jacuzzis sin mantenimiento.

    • Administradores de edificios: cumplir estrictamente con los planes de limpieza, reportar resultados al DOHMH y garantizar la desinfección periódica de torres de enfriamiento y sistemas de agua.

    Conclusión

    El brote en Harlem es más que un accidente epidemiológico: es un síntoma de las grietas en la infraestructura urbana y en la vigilancia de la salud pública.

    Mientras la bacteria Legionella se aprovecha de torres mal mantenidas, los residentes —en especial los más vulnerables— cargan con las consecuencias. Este episodio reabre un debate urgente: cómo garantizar que la negligencia en el mantenimiento de edificios no se traduzca en muertes evitables.


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