La acumulación de enseres de las familias damnificadas por el huracán es un foco de contagio de la bacteria.
El equipo periodístico de la Revista Medicina y Salud Pública realizó un acompañamiento a la brigada salubrista realizada por la fundación ‘Haití Se Pone de Pie’ en el municipio de Toa Baja, uno de los sitios con más damnificados por el paso del huracán Fiona, que generó deslizamientos, inundaciones y crecidas de ríos.
Allí, la Dra. Lourdes Marrero, médico de atención primaria con experiencia en el cuidado de heridas y médico voluntario en la Fundación, orientó a los residentes del área sobre la prevención de los brotes epidemiológicos en medio de la recuperación de los estragos que le dejó el huracán y la crecida del río La Plata.
Por su parte, una de las residentes del municipio, Jannette Torres Colón, expresó cómo ha vivido esta emergencia ambiental. “Estamos en preparativos porque estamos acostumbrados, siempre hemos vivido aquí, en esta casa yo me crié, pero siempre que hay una situación como esta, me da un poco de pánico, y más cuando veo que está entrando el agua, el sonido del río y tener pérdidas materiales”.
Alerta de leptospirosis
Para la especialista, hay que prestar especial atención a las condiciones de salubridad de las familias, para prevenir casos de esta bacteria. “Lo que levanta la alerta es una posible epidemia de leptospirosis, con tanta pérdida de cosas materiales que se aglomeran y esto me crea un espacio para los roedores y con el orín del ratón transmiten leptospirosis. Esto es un problema de salud pública en Puerto Rico”.
La leptospirosis es una enfermedad bacteriana que puede causar afecciones graves como insuficiencia renal o hepática, meningitis, dificultad para respirar y sangrado.
Los casos de leptospirosis pueden aumentar después de un huracán o una inundación, cuando es posible que las personas tengan que meterse al agua contaminada o usarla para beber o bañarse. Esta es una enfermedad infecciosa causada por bacterias que pueden afectar, de manera potencialmente mortal, órganos como los riñones, el hígado, el cerebro, los pulmones o el corazón.
Al respecto, la Dra. Marrero enfatizó la importancia de estar atentos a las señales o síntomas de leptospirosis: “debemos estar pendientes si el paciente desarrolla fiebre, si está con ojos o piel amarilla, tiene sudoración profusa, taquicardia o escalofríos, ya que puede estar presentando un cuadro de leptospirosis y tiene que visitar un centro médico con urgencia”.
Factores de riesgo
Algunas actividades que aumentan el riesgo de contraer leptospirosis son:
-Beber de fuentes de agua posiblemente contaminadas, como agua de inundación, arroyos o ríos, o agua de la llave que no sea segura para tomar.
-Bañarse o caminar en agua de inundación o agua dulce contaminada, especialmente cuando se mete la cabeza en el agua, o cuando se tiene una herida o rasguño que estén abiertos.
-Comer alimentos que hayan estado expuestos a agua contaminada o que hayan sido posiblemente orinados por roedores.
Las principales recomendaciones de salubridad que la especialista brindó a la comunidad de Toa Baja fueron: “utilizar guantes, botas de seguridad y limpiarlas bien, es importante no tocarse la cara o las manos porque todo lo que puede estar infectado puede ser una forma de contagio”.
Leptospirosis en Puerto Rico
Esta enfermedad fue exacerbada en Puerto Rico por los huracanes Irma y María en el año 2017 y continúa siendo un problema de salud pública de gran importancia para las autoridades de salud y comunidad médica.
Con relación a lo anterior, una investigación halló evidencia de diversos linajes de especies patógenas de leptospirosis patógenas en el medio ambiente en Puerto Rico, aunque se desconoce el potencial de enfermedad de estos linajes, se detectaron consistentemente durante 1 año en el suelo, lo que podría contaminar el agua.
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