Adolescente había sido recetada con 10 fármacos psiquiátricos, algunos sin estudios sobre sus efectos

Renae sin saberlo, había llegado a ejemplificar una práctica médica común entre su generación: el uso simultáneo de múltiples fármacos psiquiátricos de gran potencia.

Luisa Ochoa

    Adolescente había sido recetada con 10 fármacos psiquiátricos, algunos sin estudios sobre sus efectos

    En el 2017, Renae Smith, una estudiante de noveno grado en Long Island, Nueva York, no podía levantarse de la cama, debido a que le abrumaba la idea de tener que ir a la escuela. El manejo que recibió para su ansiedad y depresión fueron medicamentos recetados por su psiquiatra, pero le tuvieron que recetar otros fármacos nuevos debido a que los primeros perdieron su efecto.

    Durante 2021, el año en que se graduó, le recetaron siete medicinas diferentes, entre las cuales había una para convulsiones y migrañas, aunque no sufría de eso, el medicamento también pueden usarse para estabilizar el humor. Además, también le indicaron fármacos para atenuar los efectos secundarios de otras medicinas.

    Algunos medicamentos no están aprobados para menores de 18 años

    Los psiquiatras y otros médicos subrayan que los psicofármacos recetados, pueden ser cruciales para estabilizar a los adolescentes y salvar la vida de quienes tienen pensamientos suicidas. Pero, según advierten, dichos medicamentos se administran con demasiada facilidad, a menudo como una alternativa fácil a la terapia que las familias no pueden costear.

    Generalmente, estos medicamentos son destinados para el uso a corto plazo, aunque a veces se prescriben durante años, pueden llegar a tener efectos secundarios graves, como episodios psicóticos, comportamiento suicida, aumento de peso e interferencia con el desarrollo reproductivo, de acuerdo con un estudio publicado en Frontiers in Psychiatry.

    Además, muchos de los fármacos psiquiátricos que se recetan con frecuencia a los adolescentes no están aprobados para menores de 18 años y se prescriben en combinaciones que no han sido estudiadas en cuanto a su seguridad o a su impacto a largo plazo en el cerebro en desarrollo, apuntan expertos.

    “Se puede argumentar de forma muy convincente que no tenemos pruebas sobre lo que significa tomar múltiples medicamentos psicotrópicos”, dijo Lisa Cosgrove, psicóloga clínica de la Universidad de Massachusetts, Boston. “Esta es una generación de conejillos de Indias”.

    Pocos estudios sobre los efectos de los medicamentos psiquiátricos en adolescentes

    Un estudio publicado en 2020 en la revista Pediatrics reveló que el 40,7 % de las personas de entre 2 y 24 años a quienes se les recetó un medicamento para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad también tenían prescrito al menos otro fármaco para la depresión, la ansiedad u otro trastorno del estado de ánimo o del comportamiento. 

    El estudio encontró más de 50 medicamentos psicotrópicos diferentes prescritos en esas combinaciones y aproximadamente la mitad de los medicamentos no estaban aprobados para su uso en adolescentes, aunque los médicos tienen la discreción de prescribirlos como consideren oportuno.

    Express Scripts, una farmacia de venta por correo, informó recientemente que las prescripciones de antidepresivos para adolescentes aumentaron un 38 por ciento de 2015 a 2019, en comparación con el 12 % para los adultos. 

    FDA advierte sobre el uso de antidepresivos en adolescentes

    Por otro lado, Prozac y Lexapro son los únicos medicamentos aprobados para adolescentes con depresión, según la FDA, mientras que los antidepresivos en general llevan una “advertencia” sobre el aumento del riesgo de suicidio para los adolescentes.

    Renae Smith recibió diez medicamentos psiquiátricos 

    Volviendo a Renae Smith, los síntomas de depresión comenzaron a una edad temprana. “En vez de ir a clases, iba con el orientador y lloraba todo el turno” afirmó. Su búsqueda por sentirse mejor la llevó a ella y su familia a buscar varios tratamientos y, a la larga, a usar múltiples medicamentos controlados.

    En 2018, visitó el Centro de Asesoramiento New Horizon en Long Island. Según las notas de su psiquiatra, Smith informó que experimentaba un aumento de la ansiedad, la depresión y la ideación suicida. “Aceptó probar una pequeña dosis de Prozac (10 miligramos) una vez al día acompañada de terapia individual”, escribió el médico. 

    En el décimo grado, el mismo psiquiatra añadió una receta para Effexor (venlafaxina), un antidepresivo que no está aprobado por la FDA para su uso en adolescentes y que los pone en mayor riesgo de comportamiento suicida y de presentar dificultades durante su crecimiento.

    Más adelante, el psiquiatra le recetó Abilify, un fármaco antipsicótico que a veces se prescribe para los trastornos del estado de ánimo, pero que está destinado principalmente a la esquizofrenia, un padecimiento que Smith no sufre. Sustituyó el Prozac por otro antidepresivo y dijo que a pesar de las prescripciones solo experimentó algunos periodos de alivio, pero finalmente volvió a deprimirse.

    En mayo de 2020 durante la pandemia, Smith buscó tratamiento en la Clínica de Salud Mental del Hospital Mather; su terapeuta original había dejado New Horizon, dijo, y el nuevo a menudo estaba sobrecargado de trabajo y no tenía disponibilidad de tiempo.

    Se le recetó Lamictal en Mather, y luego de nuevo en New Horizons. “Creo que es un estabilizador del estado de ánimo, pero no estoy segura”, dijo.

    Cabe mencionar que Lamictal (lamotrigina) está destinado principalmente a adultos con trastorno bipolar y convulsiones, pero Smith no presenta esas condiciones, aunque algunos estudios han demostrado su eficacia en el tratamiento de otros trastornos del estado de ánimo. 

    En diciembre de 2020, Smith comenzó con terapia conductual dialéctica, una rama de la terapia cognitiva conductual en la Universidad de Hofstra. Pero el tratamiento no incluía un psiquiatra para supervisar y coordinar la medicación; en esa ausencia, New Horizons continuó recetando los medicamentos de Smith.

    El tratamiento farmacológico fue aumentando. En el transcurso de sus años de escuela secundaria, a Smith se le prescribieron 10 medicamentos psicotrópicos, no siempre a la vez, sino en periodos superpuestos, según muestra su historial médico.

    En 2021, el año en que se graduó, New Horizon le había recetado siete: Focalin; Trintellix (vortioxetina); alprazolam, un ansiolítico que se sabe que es adictivo; Lamictal (lamotrigina) y Topamax (topiramato), una combinación de medicamentos anticonvulsivos y contra la migraña que puede usarse para estabilizar el estado de ánimo; Rexulti (brexpiprazol), un fármaco “complementario” para adultos que padecen un trastorno depresivo mayor, y olanzapina, un medicamento que se usa principalmente para el trastorno bipolar y la esquizofrenia.

    “No se me ocurre ningún trastorno que requiera que tome tantos tipos de medicamentos”, afirmó Mark Olfson, psiquiatra clínico de la Universidad de Columbia. “No es un esquema coherente”, opinó Olfson.

    Sin embargo, añadió que la práctica de prescribir múltiples medicamentos era común entre varios doctores. “Cuando están buscando algo que haga que el paciente esté libre de síntomas, crean problemas que pueden resultar en lo que en términos amables se llama desventura farmacológica”.

    Impacto de un diagnóstico de cáncer en paciente con depresión y ansiedad

    En octubre de 2021, Renae Smith fue diagnosticada con cáncer en la tiroides. La operación para extirpar el tumor estaba programada para el pasado mes de abril. Durante el invierno, encontró un nuevo psiquiatra que, según Smith, podía pasar más tiempo con ella de lo que había podido hacer su psiquiatra en New Horizon.

    Smith dijo que, bajo el cuidado del nuevo médico, empezó a reducir el régimen de medicamentos que le habían recetado hasta entonces. En el momento de la operación, solo tomaba dos medicamentos psiquiátricos al día, uno para el TDAH y otro para la depresión, y también tomaba una pastilla contra la ansiedad una vez a la semana, más o menos, cuando los síntomas se agudizaban.

    La intervención quirúrgica de la tiroides en abril fue un éxito. A mediados del verano, contó Smith, se sentía más feliz. “Creo que la medicina sí está funcionando”, dijo, pero también atribuyó el mérito al “trabajo interno”, la autorreflexión y el diagnóstico de cáncer. Me “abrió los ojos”, añadió. “Las cosas que crees que son tan importantes se disipan”.

    Fuente consultada aquí.

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