Actualmente se cuestiona si es correcto o no que los niños reciban castigos físicos cuando tienen actitudes impropias, pero poco hablamos de los hijos que golpean a sus padres.
El principal factor que debemos tener en cuenta es la edad del niño, pues no es lo mismo que un bebé manifieste con los brazos la frustración cuando le quitan un juguete, a que un niño de 8 años empuje o golpee a la mamá cuando está enojado.
Claramente, es una escenario indeseable y que debemos evitar llegar a atravesar. Esta conducta de los niños puede presentarse cuando el niño no encuentra las palabras para expresar lo que siente, no obtiene lo que desea, se siente incomprendido o le es imposible controlar sus impulsos.
La manera como nosotros como padres respondamos ante este comportamiento influirá en gran medida en que el niño lo vuelva o no a hacer. Es un gran reto poder mantener la calma en estos casos, pero ir al extremo de golpearlo, gritarlo o castigarlo solo valida sus acciones.
¿Qué debo hacer para calmar la agresividad de los niños?
Afortunada o desafortunadamente, las conductas adquiridas o que no se corrigen en la infancia repercuten en la adolescencia y en la adultez, por eso si tu hijo canaliza la frustración o la ira a través de la fuerza física contigo o con alguien más, puedes poner en práctica los siguientes consejos: