Esta afección suele desaparecer en la adolescencia, cuando ya hay una mayor control de esfínteres, sin embargo, algunos jóvenes siguen sin poder contener la orina en horas de la noche.
La enuresis nocturna o incontinencia urinaria, afecta a muchos niños y algunos adolescentes. No se trata de una situación grave, pero que sí puede llegar a incomodar a padres e hijos.
Esta afección suele desaparecer en la adolescencia, cuando ya hay una mayor control de esfínteres, sin embargo, algunos jóvenes siguen sin poder contener la orina en horas de la noche. Esto puede ser motivo de vergüenza, ansiedad o baja autoestima para muchos adolescentes, sin tomar en cuenta que puede ser un trastorno que requiere un tratamiento adecuado.
Inicialmente, debemos entender que hay dos tipos de enuresis nocturna: primaria y secundaria. La enuresis primaria es aquella que se presenta desde que los niños son muy pequeños y persiste por varios años. La secundaria, por su parte, se presenta en los niños que antes tenían control sobre la vejiga en las noches durante 6 meses, al menos, y que sin razón aparente lo perdió nuevamente.
Factores que pueden contribuir a la incontinencia urinaria
Aún no se ha especificado una causa concreta de la enuresis nocturna, sin embargo, se cree que ocurre por un menor espacio en la vejiga por la noche, mayor producción de orina por la noche y la incapacidad del cerebro para despertarse mientras el niño está dormido.
Aun así se tienen en cuenta distintos elementos a la hora de realizar la consulta médica.
Dependiendo de cuál pueda ser su causa, se define el tratamiento que se llevará a cabo. Sin embargo, cuando se trata a temprana edad, los niños tienen grandes posibilidades de resolver la incontinencia.
Nuestro rol como padres