La incapacidad de fabricar nuevos antibióticos fortalece resistencia de las bacterias a los medicamentos

Infectólogo sostiene la necesidad de hacer conciencia sobre el uso de los antibióticos.

Belinda Burgos Belinda Burgos
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La incapacidad de fabricar nuevos antibióticos fortalece resistencia de las bacterias a los medicamentos

Dentro de todo el panorama clínico que ha sucumbido la llegada de COVID19, se cuela nuevamente a la superficie la utilización correcta de los antibióticos ante las infecciones, debido a la preocupación médica que aún continúa debido a la resistencia que han creado las bacterias frente al efecto de estos medicamentos inhibiendo su replicación.



Según el infectólogo, Dr. Luis Lugo, director de Infectología en el Centro Episcopal San Lucas de Ponce, entre las bacterias que se han vuelto más resistentes a los antibióticos actualmente se encuentran el grupo de las gramnegativo, con la escherichia coli, la klebsiella, pseudomona, mientras que en el grupo grampositivo la enterococo fecalis y el estafilococos aureus.



Esta última ha creado resistencia además a la meticilina, medicamento un antibiótico betalactámico de espectro reducido, precisamente del grupo de las penicilinas, enfatizó el Dr. Lugo.



Las bacterias gramnegativas se consideran menos susceptibles a los antibióticos debido a su membrana exterior, debido a que ofrece protección contra los tratamientos que dañarían su membrana interna. 



Entre las enfermedades causadas por estas bacterias se encuentran brucelosis, enfermedad por arañazo de gato, cólera, enfermedad del legionario, salmonella, entre otras.



Mientras, las bacterias grampositivas están formadas por unas cuarenta capas de peptidoglicano que no permite que el alcohol pase a través de ella porque es muy espesa. 



Entre las enfermedades causadas por estas bacterias se encuentran neumonía, meningitis, botulismo, entre otras.



“Es importante saber el uso que se les debe dar a los antibióticos. Estos no son para todo tipo de infecciones, sino sólo para aquellas originadas por las bacterias. El problema con el uso de los antibióticos es que las bacterias desarrollan resistencia a los mismos, y si los usamos para tratar una infección viral, obviamente no le va a hacer nada porque los antibióticos atacan las bacterias, no a los virus, pero en este caso el organismo lo recibe sin necesidad, y nosotros tenemos la microbiota, que son colonias de microorganismos que cuando ese antibiótico entra al sistema, ellas van a identificar el medicamento y van a desarrollar mecanismos de defensa hacia el mismo”, reiteró.



“Entonces cuando realmente necesitemos el antibiótico para tratar una infección bacteriana nos podemos encontrar que estas son resistentes al antibiótico. Una vez que se crea la resistencia a los antibióticos, estamos limitados. Si sobre utilizamos los antibióticos, se limita mucho de los que disponemos para atacar infecciones serias”, recalcó.



La pandemia y los antibióticos



De otra parte, informó que recientemente se publicó un estudio que sostiene que el uso de los antibióticos ha disminuido en un 33% en visitas ambulatorias a los hospitales y centros de urgencias y en centros de cuidado de personas de la tercera edad. Por el contrario, el uso de azitromicina aumentó, siendo un antibiótico que actúa contra las bacterias gramnegativas y grampositivas.



“Durante la pandemia de Covid19 hubo una disminución de otras afecciones como la bronquitis, influenza o infecciones con mycoplasma. También las visitas de los médicos disminuyeron dramáticamente, al igual que los sitios diurnos, y sobre todo donde cuidaban a los adultos mayores las personas que trabajaban ahí tenían mayores cuidados por el virus, pero esto contribuyó a que disminuyera el alcance de otras infecciones”, indicó. 



“Sin embargo, la azitromicina sí tuvo en reporte de aumento de receta y eso se atribuyó a que durante el comienzo de la pandemia se estaba pensando que esta pudiera tener un efecto sobre el coronavirus, cosa que con el tiempo se determinó que esta no tiene incidencia en la infección. 



Para el año 2019 los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) publicó el segundo informe sobre la amenaza de la resistencia de los antibióticos en los Estados Unidos, en el cual 18 microorganismos fueron divididos en tres categorías denominadas como, amenaza urgente, seria y preocupante. 



Amenazas urgentes



¦ Carbapenem resistente Acinetobacter

¦ Candida auris (C. auris)

¦ Clostridioides difficile (C. difficile)

¦ Carbapenem resistente a Enterobacteriaceae (CRE)

¦ Resistente a los medicamentos Neisseria gonorrhoeae (N. gonorrhoeae)



Amenazas serias 



¦ Resistente a los medicamentos Campylobacter

¦ Resistente a los medicamentos Candida

¦ De espectro extendido beta-lactamasa (ESBL) -producir Enterobacteriaceae

¦ Resistentes a la vancomicina enterococos ( VRE)

¦ Multirresistente Pseudomonas aeruginosa (P. aeruginosa)

¦ Resistente a los medicamentos no tifoidea Salmonela

¦ Resistente a los medicamentos Salmonela serotipo Typhi

¦ Resistente a los medicamentos Shigella

¦ Resistente a la meticilina Staphylococcus aureus ( MRSA)

¦ Resistente a los medicamento

s Streptococcus pneumoniae (S. pneumoniae)

¦ Tuberculosis resistente a los medicamentos (TB)



Amenazas preocupantes 



¦ Grupo resistente a la eritromicina A Estreptococo

¦ La clindamicina resistente grupo B Estreptococo



Otro dato relevante que reveló el CDC es que en los Estados Unidos por la resistencia a los antibióticos ocurren 35 mil muertes.



Vea el informe aquí



“Es importante determinar la responsabilidad del paciente, puesto que muchos profesionales de la salud reconocen que hay infecciones virales que no necesitan de los fármacos, pero el paciente al no sentirse a gusto se automedica. Es lamentable decirlo, pero muchos pacientes acuden a la farmacia de la comunidad y allí buscan el antibiótico o buscan a un amigo o vecino que le dé cualquier antibiótico. Por ello es importante educar a la población para que no consuman los antibióticos si esto no está debidamente prescrito por un facultativo médico”, enfatizó el infectólogo.



“Hay varios efectos que tiene la resistencia de los antibióticos, uno de ellos es el costo económico que oscila los $20 billones en el sistema de cuidado de salud, de modo que si hacemos estimaciones ya eso podría duplicarse. En cuanto a los estudios sobre el consumo de antibióticos a nivel global, se estima que para el 2030 el consumo aumentará 202%. Es decir, hay un efecto económico, pero eso significa que se podría esperar un aumento de la resistencia que llevaría a recetar una mayor cantidad de antibióticos”, concluyó. 

Vea la entrevista completa aquí 



Periodista y MPH, Bachillerato en Periodismo y Prejurídico de la Universidad del Sagrado Corazón y graduada de la Maestría en Salud Pública, de la Escuela de Medicina San Juan Bautista, Jefa de Redacción con 11 años de experiencia y líder de Redacción de la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).

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