-Estudio reporta que los usuarios de bencedrina y dexedrina tenían un 60% más de probabilidades de desarrollar la enfermedad-
Las personas que han usado anfetaminas como bencedrina y dexedrina aparentan tener mayores probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson, de acuerdo a un estudio presentado por la Asociación Americana de Neurología. Estas anfetaminas se prescriben regularmente a pacientes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad y narcolepsia, una enfermedad neurológica que se caracteriza por periodos de somnolencia extrema durante el día y ataques súbitos de sueño. También se utilizan para tratar las lesiones cerebrales traumáticas. En la investigación, a cargo de la División de Investigación de Kaiser Permanente Northern California (Oakland, California), participaron 66,348 personas del norte de California, con una edad promedio de 36 años, las cuales fueron originalmente revisadas entre 1964 y 1973. El grupo fue reevaluado en 1995 y, al final del estudio, los científicos encontraron que 1,154 habían sido diagnosticados con Parkinson. La exposición a las anfetaminas se basó en dos preguntas; la primera, respecto al consumo de los fármacos para la pérdida de peso y la segunda, sobre si las personas consumían a menudo bencedrina o dexedrina. Aunque no se recomienda, las anfetaminas se encontraban entre los fármacos más utilizados para perder peso cuando se recopiló la información. Según el estudio, las personas que reportaron haber usado estas anfetaminas tenían un 60 por ciento más de probabilidades de desarrollar Parkinson al cabo del tiempo. "Si otros estudios confirman estos hallazgos, sobre el riesgo potencial de desarrollar la enfermedad de Parkinson por el uso de este tipo de anfetaminas, los médicos deberían considerarlo antes de recetar estos medicamentos", ha sugerido el autor del estudio, el doctor Stephen K. Van Den Eeden.
Es una enfermedad neurológica progresiva que afecta fundamentalmente los movimientos musculares. Algunos de sus síntomas pueden incluir:
A medida que los síntomas empeoran, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades para caminar o hacer labores simples. También pueden tener problemas como depresión, trastornos del sueño o dificultades para masticar, tragar o hablar. La enfermedad de Parkinson suele comenzar alrededor de los 60 años, pero puede aparecer antes. Es mucho más común entre los hombres que entre las mujeres.