¿Por qué los humanos nunca podrán repelar a los insectos?

Los mosquitos tienen un sofisticado sistema neuronal para olfatear a su presa elegida.

Isbelia Farías

    ¿Por qué los humanos nunca podrán repelar a los insectos?

    El laboratorio de Neurogénetica y Comportamiento de la Universidad de Rockefeller ha difundido un nuevo artículo en la revista Cell, en el que detallan que el circuito neuronal que usan los animales para detectar y distinguir entre miles de olores diferentes es mucho más complejo de lo que se pensaba.

    La investigadora Leslie Vosshall, vicepresidenta y directora científica del HHMI, comentó que: “Nadie había editado el genoma antes, en parte porque el genoma estaba muy fragmentado”, pero, con el genoma en la mano, el postdoctor Meg Younger descubrió que los mosquitos son atraídos por el CO2 que la gente exhala y por el olor corporal.

    Según Vosshall, los insectos se sobrexcitan y se vuelven cazadores feroces. Para averiguar cómo sucedía esto Younger trató de identificar qué neuronas olfativas respondían al CO2 y cuáles al olor corporal, para rastrear las vías de las señales al cerebro.

    Para ello, usaron una herramienta de edición de genes y fue entonces cuando la investigación tomó un giro sorprendente. Según Vosshall, “era como Alicia en el país de las maravillas, donde nada tiene sentido”.

    Múltiples tipos de receptores

    El paradigma anterior, basado en la investigación de Linda Buck y Richard Axel, sostenía que los sistemas de detección del olfato en los animales eran especializados y organizados. Cada neurona olfativa tenía un solo receptor que detectaba un conjunto específico de sustancias químicas. Así, habría tipos separados de neuronas que respondiesen al olor de la fresa, otras para la mantequilla de maní, otras para la gasolina, entre otras.

    No obstante, la PhD Margaret Herre, al sondear los genes de los receptores con diferentes colores fluorescentes, se percató que las neuronas individuales estaban repletas de múltiples tipos de receptores y no solo uno.

    Las investigaciones avanzaban y había mucho escepticismo, pero la evidencia terminó siendo contundente. Si en el pasado se creía que existía un receptor por olor y un receptor por neurona, ahora se sabe que hay múltiples receptores.

    El sistema olfativo tiene un sentido evolutivo

    La complejidad del sistema olfativo de los insectos tiene un sentido evolutivo, especialmente para los mosquitos que necesitan encontrar humanos para sobrevivir.

    El contar con múltiples tipos de receptores en cada neurona incrementa la capacidad de los insectos para detectar el CO2, así como toda mezcla de olores corporales.

    Cuando las personas tratan de rechazar a los insectos bloqueando algunos receptores, los mosquitos aun así pueden dirigirse a la sangre usando otros receptores.

    Vosshall explica que: “Los mosquitos tienen un Plan B tras Plan B tras Plan B. Para mí, el sistema es irrompible”. 

    Este hallazgo no representa una buena noticia cuando se trata de reducir el número de víctimas de enfermedades que transmiten los mosquitos, tales como la malaria, el dengue y la fiebre amarilla, pero brinda una visión más realista sobre la amenaza que representan.

    Fuente: aquí

    Más noticias de Investigación