La hormona FGF21 regula la acción del alcohol en el sistema nervioso, por lo que exhibe potencial como nuevo objetivo farmacoterapéutico para el trastorno por consumo de alcohol.
Pese a que los expertos mantienen firme la recomendación de evitar el consumo de alcohol debido a su relación con diversas enfermedades como la hipertensión, esta sustancia continúa siendo altamente consumida a nivel mundial, por lo que la ciencia aún se esfuerza en evitar algunos de sus efectos negativos, entre ellos la intoxicación leve “o borrachera” que aparece tras su consumo.
Esperanza con ratones
Un nuevo estudio, publicado en Cell Metabolism, ha informado que la hormona FGF21 ha logrado contrarrestar algunos efectos del alcohol en modelos animales (ratones), acelerando la recuperación por la intoxicación con alcohol.
La hormona ha logrado reducir el tiempo que los ratones necesitaban para recuperarse, tras la pérdida de la consciencia y la ataxia o pérdida coordinación motora que ocasiona el consumo de alcohol en el cerebro. Los investigadores también detallaron que la hormona actúa activando las neuronas noradrenérgicas, las cuales se encargan de la excitación y el estado de alerta.
La investigación primero demostró que en ratones, el consumo de alcohol aumentaba los niveles circulantes de FGF21, también que la eliminación selectiva de FGF21 desde el hígado aumentaba el consumo de alcohol y que la posterior administración intraperitoneal de FGF21 humano recombinante redujo el consumo de alcohol de forma dependiente de la dosis. Estos hallazgos respaldan la idea, ya extendida, de que FGF21 puede servir como un regulador de retroalimentación negativa para el consumo de alcohol a nivel hormonal.
¿Qué es la FGF21?
El factor de crecimiento de fibroblastos 21, FGF21 en inglés, es una hormona peptídica de 181 aminoácidos, liberada principalmente por el hígado en respuesta a perturbaciones fisiológicas, con funciones clave en el control homeostático del metabolismo de la glucosa y los lípidos.
Sin embargo, ahora este estudio da luz para entender cómo su acción puede suprimir el efecto de alcohol en roedores y primates no humanos, probablemente a través de un circuito amigdalo-estriatal.
De hecho, creciente evidencia indica que las vías endocrinas están involucradas en los comportamientos consumatorios y de búsqueda de alcohol, lo que sugiere el potencial de FGF21 como nuevo objetivo farmacoterapéutico para el trastorno por consumo de alcohol o alcoholismo.
Vía entre el hígado y el cerebro
Más específicamente, la administración de la FGF21 no afecta a la cantidad de alcohol que circula en la sangre, sino solo a su acción en el sistema nervioso, lo que además indica que la hormona no será útil para reducir el nivel de alcoholemia si se quiere, por ejemplo, conducir después de haber bebido pero sí mejora sin duda los efectos en las respuestas psicomotoras tras la intoxicación.
Este descubrimiento también sugiere que la vía entre el hígado y el cerebro, en la que media de forma natural la hormona FGF21, evolucionó como un mecanismo protector ante la intoxicación provocada por el etanol, también presente en la naturaleza y en alimentos como las frutas fermentadas.
Finalmente, los investigadores creen que dicha vía se puede convertir en una diana para el tratamiento de condiciones graves asociadas al efecto del consumo de alcohol en el organismo como la intoxicación aguda por el alcohol que, en casos como el del coma etílico, pueden poner en peligro la vida de las personas.
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