Vacuna contra la meningitis puede frenar el avance de la blenorragia

Estudios evidencian que la vacuna contra la meningitis B proporciona protección frente a la enfermedad, que es más resistente a los tratamientos.

Luisa Ochoa

    Vacuna contra la meningitis puede frenar el avance de la blenorragia

    Según tres estudios publicados en The Lancet Infectious Diseases, la vacuna contra la meningitis B puede ser útil contra la gonorrea. Las evidencias indican que la inmunización frente al meningococo B puede generar una protección contra esta infección de transmisión sexual.

    Cabe resaltar que en el año 2020 se diagnosticaron más de 80 millones de casos a nivel mundial, y de esa cifra un porcentaje importante mostró resistencia al tratamiento.

    Las tasas de prevención de enfermedad gonocócica que señalan los estudios oscilan entre el 33% y el 40%, porcentajes que, aunque no son muy elevados, sí pueden ayudar de forma significativa a frenar el avance de la gonorrea, una enfermedad al alza de la que se registraron 12.359 nuevos casos en 2019 en España. Según datos del Instituto de Salud Carlos III, entre 2013 y 2019 el incremento anual de esta infección fue del 25,2%, según lo ha reseñado el Diario El Mundo. 

    Dado este incremento y que actualmente no existe una vacuna específica frente a la gonorrea, la vacuna frente al meningococo B podría ser una herramienta útil para proteger de la infección sexual a jóvenes y hombres que mantienen sexo con hombres y tienen más riesgo de contagio, señalan las investigaciones.

    La protección cruzada que evidencian los citados estudios se debe a las similitudes entre los microorganismos que provocan las enfermedades. Ambos son bacterias del género Neisseria (Neisseria meningitidis serogrupo B y Neisseria gonorrhoeae) y, por tanto, comparten parte de su material genético.

    La vacuna 4CMenB (Bexsero) está basada en "antígenos subcapsulares proteicos. En estudios previos ya se había visto que estos antígenos no solo estaban presentes en otros serogrupos distintos del B, sino también en otras especies de Neisseria, concretamente en Neisseria gonorrhoeae", explica Federico Martinón, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Organización Mundial de la Salud y jefe de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.

    Además, un estudio realizado en Nueva Zelanda en 2017 con una vacuna basada en la membrana externa del patógeno ya había mostrado cierta efectividad frente a la gonorrea, lo que provocó la puesta en marcha de investigaciones con vacunas de última generación para arrojar más luz sobre una posible protección cruzada.

    Nuevos datos

    El primero de los estudios que se publican ahora en la revista médica analizó, de forma observacional, esta relación en jóvenes estadounidenses de edades comprendidas entre los 16 y los 23 años. En primer lugar, identificó los casos de gonorrea en un grupo de 110.000 personas, 7.692 de las cuales habían recibido una (52%) o dos dosis (47%) de la vacuna 4CMenB. En total, contabilizaron 18.099 casos de gonorrea y 24.731 coinfecciones con clamidia. Según sus datos, la vacunación con dos dosis proporcionó una protección del 40% frente a gonorrea, mientras que la administración de una dosis redujo este porcentaje al 26%.

    El segundo trabajo, también observacional, ha sido realizado en el Sur de Australia, donde el programa de vacunación frente a meningitis B ha sido exhaustivo -53.000 adolescentes ha recibido al menos una dosis-. En este caso, los investigadores estimaron que la protección de dos dosis frente a gonorrea era del 33%.

    El tercer trabajo mostró, mediante un modelo de estimación, que la vacunación frente a meningococo B de hombres que tienen sexo con hombres permitiría evitar 110.000 casos de gonorrea y ahorrar ocho millones de libras en 10 años en Inglaterra.

    Estos estudios son todavía preliminares, pero "los datos que proporcionan son importantes", señala Miguel Górgolas, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid. "Para sacar conclusiones definitivas tenemos que esperar a ensayos clínicos en fase III, pero las evidencias disponibles muestran un efecto interesante".

    Se pronuncia en la misma línea Alejandro Martín-Gorgojo, miembro de la Academia de Dermatología y Venereología: "Aunque las observaciones presentadas no son aún generalizables, resultan relevantes, al haber observado 30-40% menos diagnósticos notificados de gonorrea entre los pacientes de 16 a 23 años que habían sido vacunados frente a meningococo B. Lo óptimo es que la posible efectividad de la vacuna se analice de forma prospectiva y mediante estudios adecuados para ello", señala el especialista, quien subraya que "si en algún momento se plantease usar esta vacuna en grupos de población concretos, se debería hacer de forma periódica".

    Para Federico Martinón, para analizar los datos ahora publicados resulta clave partir de la base de que "estamos hablando de un beneficio adicional de una vacuna que ya protege frente a la meningitis", remarca. "Aunque el 40% sea un beneficio modesto, supone añadir protección frente a otra enfermedad a personas que ya están recibiendo una vacuna frente al meningococo B".

    Los especialistas consultados se muestran preocupados por el avance de la gonorrea, una infección de transmisión sexual que puede afectar a uretra, cérvix, recto, faringe y ojos y puede generar complicaciones graves.

    Además de molestias y secreciones, la infección puede afectar seriamente las vías genitourinarias y provocar infertilidad tanto en hombres como en mujeres; también puede conducir a una infección generalizada y, en caso de transmisión vertical, provocar daños en la córnea del recién nacido. Una persona puede ser portadora del gonococo de forma asintomática (sobre todo en faringe y recto) y, por tanto, transmitir la infección de forma inadvertida.

    Por otro lado, el patógeno se está haciendo resistente a los tratamientos disponibles. "En España, afortunadamente, todavía no hay muchos casos de resistencias, pero en otros países tienen ya un importante problema con cepas resistentes a fármacos como la ceftriaxona, un antibiótico que se administra por vía parenteral y es el tratamiento de elección frente a la gonorrea", señala Górgolas. "Si no se frena, puede llegar un momento que la infección sea muy difícil de tratar".

     



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