Giardiasis, la enfermedad diarréica que se contrae por beber agua contaminada

La giardiasis es una de las enfermedades transmitidas por el agua más comunes en muchos países desarrollados.

Denis Carolina Londoño

    Giardiasis, la enfermedad diarréica que se contrae por beber agua contaminada

    La giardiasis es una de las enfermedades diarreicas provocada por la infección por el protozoo Giardia lamblia, que se refiere a una serie de trastornos caracterizados por un tipo de cuadro clínico concreto, sin embargo, no representa una amenaza en países desarrollados.

    Actualmente, este tipo de enfermedad se encuentra en todo el mundo y es transmitida a través del agua, es más común en países con menos recursos en los que las infraestructuras del agua están menos controladas, pero también se encuentra en algunos países desarrollados como Estados Unidos.

    De hecho, el parásito se encuentra no únicamente en aguas rurales (lagos, arroyos...) sino también en suministros públicos de agua, en piscinas, jacuzzis y pozos.

    La infección por giardia puede contraerse por consumir alimentos o agua contaminada, pero también por el contacto persona a persona (especialmente si hay una higiene de manos deficiente) e incluso por vía sexual (concretamente, a través del sexo anal).

    ¿Cuáles son sus síntomas?

    No todas las personas que contraen el patógeno desarrollan el cuadro sintomático, pero sí es cierto que las personas portadoras todavía pueden contagiárselo a otras a través de las heces.

    Cuando sí que hay sintomatología presente, suele consistir en diarrea líquida con olor desagradable, fatiga, cólicos estomacales, hinchazón, gases, náuseas y pérdida notable de peso.

    Un aspecto que resulta característico de la giardiasis es que el cuadro clínico tiene una duración bastante larga, entre dos y seis semanas, que además en algunos casos puede incluso alargarse más allá de ese plazo o volverse recurrente.

    ¿Cómo se trata?

    Existen varios medicamentos que son efectivos en el tratamiento contra la enfermedad, que deben aplicarse cuando se detecte el parásito aunque el paciente no presente síntomas, en este último caso para limitar la transmisión.

    Por ejemplo, el Metronidazol (comercializado también bajo la marca Flagyl), el Tinidazol (Tindamax) y Nitrazoxanida. Hay que destacar, no obstante, que todos ellos pueden provocar diversos efectos secundarios, por lo que es importante que un médico valore cada caso a fin de prescribir el más adecuado.

    Junto a ello, según el grado de gravedad de los síntomas, puede ser necesario aplicar ciertas medidas de soporte al paciente, como reposición de líquidos para evitar una posible deshidratación.

    Fuente consultada aquí



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