Sentía que su sangre y esperma eran venenosos: el hombre que supo por casualidad que tenía VIH

Él nunca pensó que podría contraer VIH, pues no formaba parte del grupo de riesgo, pero la vida le sorprendió.

Isbelia Farías

    Sentía que su sangre y esperma eran venenosos: el hombre que supo por casualidad que tenía VIH

    Christopher Klettermayer jamás imaginó que podría ser diagnosticado con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), pues, es un hombre blanco, heterosexual y de Europa Occidental.

    Este hombre austríaco actualmente tiene 38 años, el diagnóstico lo recibió en el año 2014 cuando hacía un trabajo fotoperiodístico y fue a entrar a un ashram; en ese monasterio de meditación hinduista pedían como requisito para el ingreso someterse a una prueba de VIH.

    Pocos meses antes Christopher había enfermado, pero nunca pensó que podría tratarse de VIH, ni siquiera el equipo médico lo consideró, ya que ningún doctor le hizo la prueba porque no formaba parte del grupo de riesgo.

    Cuando los trabajadores del centro de medicación le informaron que la prueba había dado positiva, él sintió que todo había terminado. Comenta: “El diagnóstico en India lo recibí por casualidad y me puso en estado de shock total”.

    Sobre esta experiencia añade: "Al principio, sentí miedo y tuve muchas preguntas sobre lo que realmente es el VIH. Pensé, '¿por qué a mí?'. Me di cuenta de que debía actualizar toda la información que tenía, eliminar todos los clichés que tenía en mi mente sobre el virus en los años 80 y 90 y traerlos al siglo XXI".

    Christopher pasó las siguientes horas investigando sobre el VIH y así descubrió sobre la cara viral, el límite de detección y otros conceptos, logrando calmar muchos temores sobre el no ser aceptado, no poder tener hijos o una familia o no tener intimidad.

    Hoy día afirma: "No siento ninguna consecuencia negativa real más allá de eso. En Europa Occidental tenemos el privilegio de contar con un buen sistema de salud que nos ofrece un tratamiento gratuito". Pese a que no existe una cura, en la actualidad, hay tratamientos que permiten tener una vida saludable y larga.

    Se sentía tóxico

    Christopher comenzó a tomar la medicina y señala: "Por un tiempo sentí que había una cosa rara adentro de mí. Me sentía tóxico, era como si mi sangre y esperma fueran venenosos. Sentía que era un peligro para otras personas, especialmente aquellas a las que quería acercarme más, como a mis amantes".


    "Al principio, salir con alguien era casi imposible porque el VIH destruye tu confianza en ti mismo y si vas a ir a una cita sin confianza simplemente es mejor que no vayas".

    Respecto a salir con chicas, relata: "Una experiencia positiva fue cuando le pregunté a una chica: 'Cómo reaccionarías si te dijera que soy VIH positivo'. Ella solo sonrió y dijo que eso haría las cosas mucho más interesantes. Pero también ha habido personas que me han preguntado inmediatamente: '¿puedo contraerlo con un beso?'".

    "Ahora puedo decir que estoy orgulloso de vivir con VIH y creo que puedo transmitirle eso a la mujer con la que estoy saliendo. No siempre, por supuesto, también me enfrento al miedo, al escepticismo y al rechazo".

    "Creo que ese es otro aspecto del VIH: vivir constantemente con el miedo de que te descubran. Tienes que tener cuidado con lo que dices y las consecuencias que eso puede tener. Es como vivir la vida de un doble agente”.

    Christopher dejó de ocultarse

    Con el tiempo, Christopher dejó de ocultarse y decidió educar y ayudar a otras personas. En el pasado, usaba el seudónimo de Philipp Spiegel para dar entrevistas y conversar sobre el VIH, pero esto cambió.


    "Me ayudó mucho cuando finalmente tuve una nueva relación sentimental y vi como ella me trataba y cómo el asunto del virus simplemente nunca estaba presente, que se trataba solo de tomarse una píldora al día".

    "Creo que una percepción errónea es que el VIH domina tu vida. Pero en realidad, en mi caso, si no estuviera trabajando con el tema, no sería así. Ha habido momentos en los que mi familia y mis amigos han olvidado por completo que tengo el virus porque simplemente no es un problema".

    "Soy más que eso, el VIH es solamente un aspecto de mi persona… Estoy viviendo más el momento presente, ahora vivo más feliz que antes del VIH y es porque fue una experiencia traumática".

    Su mensaje para quienes viven con VIH es: "Sentirse culpable o avergonzado de ser VIH positivo es un esfuerzo inútil. Tómate tu tiempo. Ten paciencia, acepta que está ahí, pero dale al VIH el espacio que debería ocupar en tu vida. No dejes que él decida el espacio que va a ocupar, esa decisión es tuya".

    "Dedícate a conocer todo sobre el virus, porque el conocimiento dispersa el miedo".

    Fuente: aquí

    Más noticias de Humanidades Médicas