En primera instancia, en la mayoría de los casos la inflamación uterina puede no provocar síntomas, por lo que el diagnóstico en la mayoría de los casos es tardío.
La inflamación uterina se presenta por lo general por la irritación de los tejidos del útero, como consecuencia de una infección, una alergia a determinados productos, o cambios en el pH vaginal. Dependiendo de la zona afectada, la inflamación del útero puede clasificarse en tres: cervicitis, endometritis o miometritis.
En primera instancia, en la mayoría de los casos la inflamación uterina puede no provocar síntomas, por lo que el diagnóstico en la mayoría de los casos es tardío, sin embargo, debido a esta condición, puede presentarse secreción de flujo vaginal, sangrado fuera de la menstruación, cólicos entre otros.
Los especialistas recomiendan asistir a consulta ginecológica para determinar el tipo de inflamación que se padece a través de una colposcopia, y así dar un diagnóstico certero.
Causas de la inflamación del útero
Cuando el tratamiento no se realiza de la manera correcta y la inflamación sea causada por ETS, hay una alta probabilidad de que esta afección pueda tener mayores repercusiones en la salud de la paciente, como por ejemplo evolución a cáncer de cuello uterino, de ahí la importancia de poder asistir con regularidad al ginecólogo.
¿Cuándo acudir con el especialista?
Algunos signos que involucran el aparato reproductor de la mujer, son similares entre una y otra condición, de manera que se recomienda consultar con el profesional en la salud en presencia de:
Tratamiento
Dependiendo de qué cause la inflamación del útero, se define el tratamiento a seguir. Cuando la enfermedad se produce por la presencia de organismos externos a la microbiota vaginal, es necesario la ingestión de productos antibióticos, antifúngicos o antivirales bajo la supervisión del experto.
El no tratamiento de la infección, puede llegar a afectar el endometrio, las trompas de Falopio y los ovarios, llegando a ser necesaria la estancia hospitalaria y la medicación intravenosa para contener y revertir la inflamación de la manera más rápida y efectiva posible.