El antirretroviral podría disminuir algunos síntomas de este trastorno neurológico.
Un nuevo estudio llevado a cabo por el Centro de Regulación Genómica (CRG) y el Instituto de Investigación del SIDA IrsiCaixa, sugeriría que un fármaco antirretroviral que se usa en el VIH mejoraría la cognición en el síndrome de Down.
Las personas con síndrome de Down también tienen un mayor riesgo de padecer alzhéimer, dado que el cromosoma 21 juega un papel clave en esta relación al aportar un gen para producir la proteína precursora de amiloide o APP, la cual acaba dando lugar a las proteínas amiloides que se acumulan en el cerebro y se asociarían con las alteraciones cerebrales de este tipo de demencia.
A día de hoy existen intervenciones psicosociales como la terapia de estimulación cognitiva para ayudar a las personas con síndrome de Down a llevar una vida independiente, pero no existen intervenciones farmacológicas. En este caso, apuntar a los retrotransposones sería una opción inexplorada para mejorar los síntomas de este síndrome.
Los retrotransposones son segmentos del ADN que cambian su ubicación dentro del genoma al hacer copias de ARN de sí mísmos que regresan al ADN en otra ubicación. Pueden insertarse en áreas específicas del genoma y, por casualidad, posicionarse en regiones promotoras de genes asociadas con enfermedades neurodegenerativas, potenciando su actividad. Y esta retrotransposición aumenta con la edad y el envejecimiento celular.
Los retrotransposones muestran similitudes con el VIH y se replican rápidamente dentro de las células, aunque no siempre con implicaciones patológicas. Aun así, los responsables del actual estudio plantearon la hipótesis de usar inhibidores como los que se usan contra la replicación el VIH, como la enzima transcriptasa inversa, pero en este caso para bloquear los retrotransposones.
Un resultado esperanzador
De hecho, según explica el Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa, tanto el VIH como los retrotransposones necesitan la misma molécula para hacer copias de sí mismos, la menzionada transcriptasa inversa. Y la lamivudina es un inhibidor de esta enzima, y ya se ha usado en ratones de edad avanzada para reducir la activación de los retrotransposones que podrían estar relacionados con los trastornos asociados a la edad.
Por dicho motivo, pensaron que también podría funcionar para mejorar el deterioro cognitivo presente en otros ámbitos, como el síndrome de Down.
Así pues, los investigadores usaron modelos de ratón Ts65Dn, un modelo con síndrome de Down de uso común en los estudios. Durante cuatro meses, los ratones fueron tratados con lamivudina, y otro grupo control solo recibió agua. Posteriormente, se llevaron a cabo varios experimentos de comportamiento diseñados para evaluar las actividades motoras, memoria de reconocimiento y ansiedad.
Según los resultados del estudio, los ratones que recibieron lamivudina mejoraron su cognición, algo que los investigadores relacionan con un efecto sobre una o más variantes del gen APP relacionado con el cromosoma 21, aunque es algo que aún no pueden confirmar.
Como los propios investigadores indican, este estudio es solo un primer paso para mejorar los síntomas cognitivos asociados no solo al síndrome de Down, sino al envejecimiento y a otros trastornos del neurodesarrollo.
De momento, la lamivudina solo está aprobada como tratamiento de la infección de VIH en Estados Unidos y la Unión Europea, pero ya se están planteando ensayos clínicos en humanos para comprobar el potencial de este fármaco tanto en personas con síndrome de Down como con enfermedad de Alzheimer.
"Se trata de un ensayo en un modelo animal, que evalúa únicamente un aspecto del procesamiento cognitivo y que, estando lejos de suponer un tratamiento definitivo para las personas con síndrome de Down, sí supone un resultado esperanzador", explica Casto Rivadulla, científico del Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas (CICA) de la Universidad de A Coruña a Science Media Centre.
"Muestra la posibilidad de revertir alteraciones cognitivas muy complejas, como la memoria de reconocimiento de objetos, cuando los animales son tratados con el inhibidor de la transcriptasa inversa. También muestra una nueva posible diana terapéutica, no solo para el síndrome de Down, sino también para otras patologías neurodegenerativas que deben ser exploradas, abriendo, por lo tanto, nuevas líneas de trabajo", añade.
"Estos resultados se obtienen utilizando un fármaco, la lamivudina, que ya está aprobado para el tratamiento del VIH, lo que aceleraría la puesta en marcha de ensayos clínicos en pacientes, puesto que los estudios de seguridad, contraindicaciones, etc., ya han sido realizados", finaliza.
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