Según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) entre 1 y 1.3 millones de estadounidenses sufren EII siendo este país junto con Inglaterra, Noruega y Suecia los que más casos registran.
Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) son un problema de salud en gran parte del mundo sobre todo en países que han desarrollado un estilo de vida con excesos y poco saludable.
Las EII son una condición médica en la cual el sistema inmunológico reacciona de forma anormal a la flora intestinal acelerando la producción de mediadores y citosinas que promueven la inflamación crónica del intestino. Las consecuencias de las EII son úlceras y daño al tejido, dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso, fatiga y anemia.
Ante tal reto investigadores del todo el mundo buscan encontrar una solución y respuesta ante esta epidemia de EII pues tras varios años de múltiples esfuerzos científicos no se ha podido encontrar una cura. La enfermedad de Crohn y colitis ulcerativa las afecciones más comunes del grupo de las EII.
Según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) entre 1 y 1.3 millones de estadounidenses sufren EII siendo este país junto con Inglaterra, Noruega y Suecia los que más casos registran. Se ha demostrado que los casos de EII son más frecuentes en naciones del hemisferio norte que en países del hemisferio o zona sur de Europa y en países como Sudáfrica, Australia y la región de Latinoamérica.
Sin embargo la enfermedad de Crohn presenta distintos números a la colitis ulcerativa por ejemplo con un 0.5 por ciento en Japón y hasta 12.8 por ciento en Noruega hablando del caso de la colitis, y entre 0.08 y 6 por ciento para la enfermedad de Crohn en esos mismos países. En Méxicono existen registros específicos pero se estima que la incidencia de colitis ulcerativa se presenta entre 0.2 a 4.89 por ciento mientras que para la enfermedad de Crohn se calcula es de entre 0.0008 y 1.11 por ciento.
Para entender el mecanismo de acción por el cual se generan las EII los científicos consideran necesario realizar estudios para entender diferentes factores que rodean y pertenecen al individuo que van desde la genética, el ambiente y estilo de vida.
A partir de diversos estudios se conoce que aunque la herencia genética no es el factor más importante en la aparición de EII, tener conocimiento de las alteraciones genéticas detrás de esto permitiría que los tratamientos médicos sean diseñados para combatir los orígenes de la enfermedad y no solo los síntomas como sucede actualmente.
Para conocer estos datos genéticos es que reconocidos recintos de investigación como el Wellcome Trust Sanger Institute en Cambridge, Reino Unido buscan identificar genes que incrementen la posibilidad de desarrollar EII.
Hasta ahora se han logrado determinar 200 variaciones en el ADN encargado de la respuesta inmune inmediata, en los genes encargados de mantener un correcto estado en el revestimiento del tejido intestinal y finalmente en los genes responsables de la activación y regulación de la respuesta inmune adaptativa.
Respecto a la genética de raza y grupos étnicos se sabe que en población caucásica es más común el desarrollo de EII en comparación con la raza afroamericana, asiática y mestiza, siendo el grupo con mayor número de casos el de la población de origen judío con una incidencia que va entre el doble y cuatro veces las demás.
El estilo de vida actual basado en el consumo de alimentos industrializados es el objetivo de estudio de University of Calgary en Canadá para encontrar más información sobre las EII pues los investigadores encargados del estudio indican que este tema podría ser crucial para entender este mal y su rápida evolución en el mundo.
Según el especialista y líder del estudio el profesor Gilaad G. Kaplan de University of Calgary se observa que en los últimos 100 años los países que se han transformado en naciones con prevalencia de la industrialización en sus hábitos alimenticios, también han incrementado sus casos de EII por lo que podría formar parte las causas.
Investigadores de University of Ottawa en Canadá ha identificado que estas enfermedades son más comunes en zonas urbanas que en zonas rurales. En un estudio realizado a una población de 45 mil personas se identificaron 2302 y 331 casos de EII en zonas urbanas y rurales respectivamente.
Algunas de las causas de esto podrían incluir factores como los diferentes estilos de vida más saludable, exposición ambiental menos tóxica y baja probabilidad de portar las alteraciones genéticas responsables.
Por el acelerado proceso de aparición de las EII es que pronto podrían convertirse en un tema importante en la agenda de las políticas de salud pública.
Por todo esto el doctor Kaplan afirma que los países que han incrementado sus casos de EII deberán de prepararse para desarrollar al personal e infraestructura necesaria para atender esta costosa enfermedad pues tan solo en Estados Unidos se estima que el gasto anual que generan va entre los 14.6 y 31.6 billones de dólares.
El doctor Martin Blaser de la New York University School of Medicine en Nueva York, Estados Unidos lidera un grupo de trabajo que a partir de investigaciones anteriores ha llegado a la conclusión de que el uso constante de antibióticos alza las posibilidades de desarrollar EII en recién nacidos al modificar la microbiota de la madre a la que es expuesta el bebé al nacer.
Para esto fueron utilizados ratones modificados genéticamente para desarrollar en ellos mayor susceptibilidad a la colitis ulcerativa los cuales mostraron un aumento de más de 50 veces en cuanto a la inflamación intestinal a través de herencia materna cuando la madre fue tratada con antibióticos.
De esta forma podría comprobarse que la probabilidad de generar EII a través de la herencia no solo es por genética sino por la exposición a una microbiota natural transferida de la madre al recién nacido.
Por ahora se sabe que existen más de 10 factores de riesgo relacionados con el desarrollo de estas enfermedades entre los que destacan eventos prenatales y posnatales, alimentación del seno materno, sarampión, factores de raza, etnia, edad y género, enfermedades psicológicas, posición económica y educativa, entre muchas otras.
No obstante recientemente una mujer fue diagnosticada en Reino Unido con un serio caso de la enfermedad de Crohn sufriendo de fuertes dolores abdominales durante seis años sin responder a tratamientos estándar hasta que los médicos decidieron proceder a realizar una cirugía.
En ella se encontró que el causante de todos los síntomas no era una EII sino que se trataba de la presencia de un pequeño trozo de plástico perforando la pared intestinal. Este se convirtió en el primer caso en el que un suceso así imita los padecimientos de la enfermedad de Crohn.
Por esto los médicos encargados del caso alertaron que en situaciones donde los pacientes de EII no respondan a tratamientos es recomendable acudir a alternativas quirúrgicas pues podría tratarse de otro padecimiento o causa.
Dados todos los posibles factores de riesgo y origen para desarrollar las EII aún no se considera haber encontrado una solución prolongada a la prevención y tratamiento o cura. Para esto la comunidad científica afirma es necesaria la combinación de diferentes disciplinas para encontrar tratamientos y tecnologías contra las EII.