Los enjambres de nanopartículas que son 15.000 veces más pequeñas que una cabeza de alfiler pueden ser capaces de entregar medicamentos vitales al cerebro, ofreciendo nuevas esperanzas a los pacientes en las primeras etapas de un accidente cerebrovascular.
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Los enjambres de nanopartículas que son 15.000 veces más pequeñas que una cabeza de alfiler pueden ser capaces de entregar medicamentos vitales al cerebro, ofreciendo nuevas esperanzas a los pacientes en las primeras etapas de un accidente cerebrovascular.
La investigación, llevada a cabo en la Universidad de Manchester, muestra que pequeñas vesículas llamadas liposomas, de tan sólo 100 nanómetros de diámetro, pueden translocarse a través de la barrera hematoencefálica dañada tras un accidente cerebrovascular.
Y eso puede ofrecer una manera de llevar medicamentos vitales a las lesiones para detener el daño adicional.
El cerebro es el único órgano que tiene su propio sistema de seguridad: una red de vasos sanguíneos y barreras que permiten la entrada de nutrientes esenciales mientras bloquean otras sustancias potencialmente dañinas.
Sin embargo, la barrera también bloquea los medicamentos que salvan vidas, lo que dificulta el tratamiento de una variedad de afecciones, incluido el accidente cerebrovascular.
Ahora la investigación realizada en ratones y publicada en la revista ACS Nano, muestra que los liposomas pueden transportar potencialmente fármacos que salvan vidas a través de la barrera.
Los investigadores fueron capaces de generar imágenes microscópicas del tejido cerebral usando técnicas de imagenología de última generación, mostrando que el nanomaterial es un transportador viable.
Hasta ahora, los científicos aún no han ideado una forma fiable de administrar medicamentos al cerebro dañado de manera eficiente, una de las últimas fronteras de la ciencia médica.
Pero ahora el equipo muestra que después de un accidente cerebrovascular, los liposomas son capaces de penetrar en el cerebro al ser transportados a través de las células endoteliales fuertemente compactadas mediante el uso de estructuras similares a bolsas conocidas como caveolae.
"El descubrimiento de que los nanomateriales pueden ser capaces de facilitar el tratamiento de los accidentes cerebrovasculares es emocionante: los científicos llevan mucho tiempo lidiando con las dificultades de tratar las lesiones y enfermedades cerebrales. La barrera hematoencefálica cerebral es una de las principales fronteras de la neurología, por lo que la perspectiva de poder cruzarla también puede tener aplicaciones para otras condiciones, aunque es evidente que queda mucho por hacer",
dijo Stuart Allan, profesor de Neurociencia.
Esto significa que los médicos podrían algún día ser capaces de proteger el tejido en las fases agudas de una apoplejía, mediante la administración de medicamentos -todavía en desarrollo- que puedan proteger a las neuronas del cerebro de una lesión mayor.
En los días posteriores a un accidente cerebrovascular, cuando las células cerebrales -o neuronas- han muerto, los investigadores demostraron que los liposomas también son capaces de penetrar el cerebro para ayudar a promover la reparación de las neuronas.
Los liposomas están hechos de lípidos que son largas cadenas de moléculas orgánicas aceitosas o cerosas que se encuentran en todos los seres vivos.
Stuart Allan Profesor de Neurociencia de la Universidad de Manchester dijo: "el descubrimiento de que los nanomateriales pueden ser capaces de facilitar el tratamiento de los accidentes cerebrovasculares es emocionante: los científicos llevan mucho tiempo lidiando con las dificultades de tratar las lesiones y enfermedades cerebrales".
"La barrera hematoencefálica cerebral es una de las principales fronteras de la neurología, por lo que la perspectiva de poder cruzarla también puede tener aplicaciones para otras condiciones, aunque es evidente que hay que trabajar mucho más".
La Dra. Zahraa Al-Ahmady, investigadora honoraria de la Universidad de Manchester y profesora titular de la Universidad de Nottingham Trent, dijo: "Los liposomas son un método probado y comprobado de administración de fármacos al cuerpo, y actualmente se utilizan para tratar a pacientes, por ejemplo, para dirigir fármacos contra el cáncer al tumor en dosis elevadas que aumentan su concentración en relación con otras partes del cuerpo".
"Son fáciles de fabricar y utilizar en todo el NHS. Pero nuestra investigación muestra que los liposomas también tienen implicaciones importantes para los neurólogos".
El profesor Kostas Kostarelos, Catedrático de Nanomedicina de la Universidad de Manchester, dijo: "este descubrimiento es un hito importante en el uso de los liposomas para otra enfermedad debilitante, como el derrame cerebral. Los liposomas han tenido un tremendo impacto al ofrecer opciones de tratamiento en oncología, vacunación, enfermedades pulmonares y de la piel desde que fueron descubiertos por el hematólogo británico Alec Bangham, FRS en 1965".