La crisis por el abuso en el consumo de fentanilo, una sustancia adictiva utilizada en el tratamiento de dolor, es un fenómeno que preocupa a la comunidad médica, ya que algunos especialistas omiten las recomendaciones estipuladas para recetar este fármaco.
Jean Mitchelle Vélez Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Ante la crisis de uso de opiáceos que existe en Estados Unidos y que poco a poco se asienta en Puerto Rico, el doctor Luis Cummings ofreció una conferencia donde aclaró que el fentanilo no es el único medicamento existente para manejar dolores crónicos.
Es reconocido que el fentanilo es una sustancia altamente adictiva y que en la actualidad, se registra un crecimiento ‘obsesivo’ en su uso y por consiguiente, un aumento en los casos mortales de personas que hacen uso de éste sin ningún tipo de regulación, especialmente con el fentanilo sintético.
El CDC estableció unas guías para los médicos que determina el proceso de prescribir medicamentos y su uso, que se dividen antes de llegar a opiáceos.
Hay que comenzar a utilizar otros medicamentos, explicarle al paciente los efectos secundarios y las implicaciones de su uso. Hay que evitar la adicción, la tolerancia y la dependencia química que es un proceso adaptativo", resaltó Cummings en un aparte con MSP.
Otros fármacos como "sustancias no esteroidales, acetaminofén, naproxeno, antidepresivos, entre otros, en altas dosis o mezclados -por ejemplo con codeína- son medicamentos que deben de tratarse antes de llegar a opiáceos", indicó el también anestesiólogo.
Además, mencionó que los opiáceos pueden llegar a ser una alternativa inmediata cuando se trata de pacientes con cáncer o con artritis reumatoidea severa. Pero recalcó que en pacientes no oncogénicos no debe ser la primera opción porque no resolverá el problema del dolor y llegará a convertirse en adictos. De la misma forma se utilizan en menores, pero el uso es más controlado.
Según las guías, los médicos que recetan estos fármacos para el manejo del dolor deben hacer una prueba de orina o cabello para determinar que en efecto si está utilizando el tratamiento.
El uso de las pruebas de drogas ayudan a ver si el paciente está en otro tipo de sustancia ilegal como cocaína, anfetaminas [...] Queremos saber si ese paciente dio positivo, porque si da negativo es que está vendiendolas", aseguró el especialista en manejo de dolor intervencional.
Las pruebas de orina revelan la presencia de la sustancia hasta 72 horas después de la toma, mientras que en el cabello dura hasta 91 días desde la última vez que se tuvo consumo del opiáceo.
Estos médicos que aprueben y receten el medicamento estarán bajo la lupa del Drug Enforcement Administration (DEA, por sus siglas en inglés), porque son los controlan las prescripciones en Estados Unidos y Puerto Rico a través de la ley Control Substance Act.
Las prescripciones tienen que estar acompañadas de una justificación, tienen que ser hechas por un médico con la capacidad de recetar y deben llevar un propósito legítimo por un especialista que practica la medicina en su curso usual.
Por ser un fármaco un tanto costoso, que ha causado problemas, los doctores y pacientes enfrentan un reto ante las aseguradoras para obtener aprobación del opiáceo.
En muchos de los casos, las solicitudes no son aprobadas y el paciente se ve en la obligación de adquirir el fármaco ilegalmente -donde usualmente se mezcla con cocaína-, agravando la situación del consumo, abuso y adicción.
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