El tiempo de vida de los pacientes puertorriqueños con cáncer ha mejorado considerablemente. Más de la mitad de los pacientes que padecen esta condición están viviendo más de cinco años por encima del pronóstico; y no solo eso, sino que se están diagnosticando en etapas más tempranas.
Ingerny Polanco
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
El tiempo de vida de los pacientes puertorriqueños con cáncer ha mejorado considerablemente. Más de la mitad de los pacientes que padecen esta condición están viviendo más de cinco años por encima del pronóstico; y no solo eso, sino que se están diagnosticando en etapas más tempranas.
“Hay tumores, como el de colon, por ejemplo, que lo diagnosticábamos en estadio 3 y 4. Sin embargo, gracias a la colonoscopia y las pruebas de riesgo que se están desarrollando se logra detectar en estadio 1 y 2. Esto además de las intervenciones, donde antes estaban solo las cirugías y ahora tenemos intervenciones mínimamente invasivas, con las que se puede disminuir la morbilidad y el tiempo de recuperación del paciente”,
explicó el Dr. Robert Hunter, director médico del Hospital del Centro Comprensivo del Cáncer de Puerto Rico.
Según explica el Dr. Hunter, la prevalencia de cáncer depende del género. Asegura que en el caso de la mujer el de mayor prevalencia es el cáncer de seno, seguido del de tiroides, el de colon y el de pulmón. Mientras que, en el hombre, los que más predominan son el de próstata, colon, vejiga y pulmón, respectivamente. Ahora bien, es importante destacar que esto son incidencias. Por ejemplo, el tumor de pulmón hace 10 años atrás era uno de los primeros en la lista, pero cuando unos bajan otros suben, porque estos son cambios porcentuales.
“Si diagnosticamos el cáncer de manera más frecuente, como es el caso del cáncer de próstata con la prueba de PSA, pues sube la incidencia; lo mismo pasa con las mamografías, el cáncer de seno está bien alto porque tenemos muchas mamografías. En ese sentido, en la medida que sepamos diagnosticar mejor las cosas, pues sube la incidencia”,
puntualizó el especialista.
Con el objetivo de mejorar la experiencia del paciente con cáncer, en cuanto al diagnóstico y tratamiento se refiere, existen tres dimensiones fundamentales que están marcando el rumbo esta enfermedad crónica en Puerto Rico, de acuerdo con el Dr. Hunter.
La primera es la medicina personalizada, que es encontrar la causa de los tumores en personas individuales y darle el tratamiento que necesita, a través del estudio de la naturaleza molecular de los tumores. “Esto lo vemos en el cáncer de seno. Cada día hay más estratificaciones de las diferencias de cáncer de seno y los tratamientos varias dependiendo de esa estratificación”, dijo.
La segunda dimensión radica en entender la predisposición al cáncer del paciente, para luego abordar a los familiares, de modo que se pueda tratar de diagnosticar estos tumores en una fase mucho más temprana. Si se logra realizar de manera efectiva, antes de que el tumor vuelva invasivo, habrá más probabilidades de cura para el paciente.
“A los pacientes de alto riesgo es importante evaluarlos para determinar si hay una predisposición genética a desarrollar cáncer; esto para realizarle las pruebas adecuadas, verificando los 80, 90, 100 marcadores que lo predisponen a desarrollar cáncer. La relevancia de esto radica en que, si yo sé que el paciente está en riesgo de desarrollar cáncer de ovario, pues le voy a poner foco en esa área y no voy a esperar a que se desarrolle el cáncer. Así que, si conozco el perfil de riesgo sé los órganos en los que debo buscar”,
aseguró el galeno.
En ese sentido, una vez que se encuentra la predisposición al cáncer en el paciente, hay que evaluar una cantidad aproximada de 100 a 200 genes. Una vez que se sabe el gen que está involucrado y es encontrado, se utiliza para verificar el resto de la familia.
Y por última está la tercera dimensión, que consiste en utilizar el sistema inmune del paciente para combatir el cáncer; y ahí, es donde ha habido una mayor explosión de intervenciones y medicamentos, que van desde lo más complejo, como es darle medicinas al paciente para estimular su sistema inmune a proporcionarle algunas vacunas que realizan modulación del sistema inmune. Esto, en adición una tecnología llamada CAR T-cell, que se trata de un tipo de inmunoterapia antitumoral en la que los linfocitos T del paciente se manipulan genéticamente para que expresen un receptor con capacidad de reconocer una molécula en la membrana celular del tumor y actúe contra él.
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