A pesar de las limitaciones en los accesos a medicamentos, los especialistas han logrado mejorar la calidad de vida de esta población.
La epilepsia continúa siendo una de las enfermedades neurológicas más retantes en el campo de la neurología, pero la medicina puertorriqueña no se rinde ante el avance en los tratamientos contra la afección.
Para el doctor Javier Chapa Dávila, neurólogo epileptólogo de la Unidad de Epilepsia del Hospital HIMA de Caguas, aunque los pacientes puertorriqueños tarden más en lograr los accesos a los especialistas por trabas en el sistema de salud, los mismos cuentan con una población de epileptólogos que han logrado que los tratamientos para la enfermedad sean los más avanzados en la isla y con los menores efectos secundarios.
En Puerto Rico su epidemiología podría rondar en alrededor de 34 mil pacientes, indicó. Destacó además que uno de los principales roles de los ocho epileptólogos que tiene la isla es realizar el diagnóstico correcto del trastorno.
Esto, a raíz de que enfermedades como migrañas atípicas, síncopes, eventos psicógenos, infartos cerebrales, ataques de pánicos, entre otros, podrían también provocar convulsiones y que su cuadro clínico se confunda con un evento epiléptico, formuló.
“Los picos generales del diagnóstico por lo general ocurren en la niñez o en la vejez según la data científica. Tenemos pacientes de todas las edades. Tenemos pacientes que sí nos han llegado experimentando síntomas hace 10 o 15 años y eso provocaun sinnúmero de consecuencias (negativas), como los gastos excesivos por la serie de estudios que se les realiza, gastos en sala de emergencias, diagnósticos inapropiados y las secuelas a nivel social porque muchas veces no pueden conducir, entre otros”, explicó Chapa Dávila.
Entre los medicamentos que mencionó que han mejorado la calidad de vida de estos pacientes se encuentran: Brivaracetam, lacosamide, pregabalin, eslicarbazepine, ezogabine, clobazam, oxcarbazepine, topiramate, lamictal, entre otras.
“Tenemos entre 24 a 25 de estos medicamentos aprobados por la FDA, tienen un perfil alto de seguridad para los pacientes y los mínimos efectos secundarios. Hay mucha evolución en la epilepsia. Desde el año 1993 comenzaron a aprobar medicamentos de segunda y tercera generación con buen perfil de seguridad para los pacientes y resultados. Avanzamos no solo en medicamentos, sino en dispositivos para mandar electricidad al cerebro y disminuye frecuencia de convulsiones”, detalló.
Rememoró que en Puerto Rico se realiza la cirugía de epilepsia para remover la zona del cerebro donde se originan las convulsiones.
De otra parte, confesó que los especialistas enfrentan diariamente la negativa de muchos planes médicos para cubrir los tratamientos por el alto costo.
“Muchos de estos antiepilépticos no tienen su versión genérica y los planes médicos nos ponen muchos problemas para aprobarlos. Hacemos de tripas corazones”, aseguró el también neurofisiólogo y quien figura como el único especialista en tener un entrenamiento en neuroimagen en Puerto Rico.
“La epilepsia sigue siendo una de las enfermedades más retantes dentro del mundo de la neurología, pero que más satisfacción da porque con todo el avance podemos curar o controlar bastante la condición, versus otras enfermedades como el Parkinson y Alzheimer”, concluyó.