Mayores competencias y autonomía de las licenciadas en enfermería contribuirían a mejorar el acceso y la calidad de la atención en áreas vulnerables o zonas con escaso personal sanitario
Ampliar el rol de los licenciados en enfermería en el primer nivel de atención puede eliminar barreras de acceso a la salud y expandir los cuidados en áreas con escaso personal sanitario, señala una nueva publicación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“El envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades no transmisibles, que requieren cuidados durante toda la vida, evidencian la necesidad de ampliar el rol de las enfermeras y enfermeros en la región, donde constituyen la gran mayoría del personal de salud”, afirmó James Fitzgerald, director del Departamento de Sistemas y Servicios de Salud de la OPS.
La publicación Ampliación del rol de enfermeras y enfermeros en la atención primaria de salud indica que la enfermería puede desempeñar una función crucial a la hora de ampliar el acceso a la salud, en particular, en la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la atención, sin dejar a nadie atrás.
Se estima que la escasez de personal sanitario en las Américas es de casi 800.000 profesionales. Además, existe una distribución inadecuada del personal, quienes se concentran principalmente en las zonas urbanas y con más recursos económicos. Por su parte, la proporción de enfermeras por habitantes es desigual. Mientras en Estados Unidos es de 111,4 enfermeras por cada 10.000 habitantes, en Haití es de 3,5. En la mitad de los países de la región, ese índice es menor o igual a 10,4.
El documento de la OPS destaca que nuevos perfiles profesionales como el de las enfermeras de práctica avanzada (EPA) pueden asumir más funciones, con autonomía, en los servicios de atención primaria de zonas vulnerables en las ciudades y en zonas remotas, así como contribuir a promover la salud, prevenir enfermedades y reducir muertes.
En países como Australia, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda y Finlandia, las enfermeras licenciadas con una formación universitaria de cuatro a cinco años, ya asumen más funciones para satisfacer las necesidades de salud de los pacientes.
La figura de la EPA o nurse practitioner (enfermera autorizada para hacer diagnósticos, solicitar exámenes y realizar prescripciones médicas) surgió en Canadá y Estados Unidos a mediados de la década de 1960. Se trata de enfermeras licenciadas con una práctica profesional autónoma, es decir, no subordinada al médico, que trabajan en los servicios de salud o de manera independiente.
En América Latina, todavía no existe regulación ni formación para las EPA en la atención primaria. La prescripción de medicamentos por parte de las enfermeras, uno de los componentes centrales de la práctica avanzada, sigue estando prohibida en muchos países. México cuenta con una regulación, relativamente reciente, que permite a las enfermeras prescribir medicamentos ante la ausencia del médico, y en situaciones de urgencia.
En el Caribe, Jamaica y Puerto Rico son los países que más han desarrollado programas con la formación, la regulación y el mercado laboral instituidos.
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá y Perú poseen un alto grado de acceso a la educación de posgrado en enfermería y podrían en el futuro ofrecer la formación necesaria a las EPA, se vaticina en el libro.
Estas enfermeras altamente formadas –con grados equivalentes a maestría o doctorado- ejercerían roles avanzados en la atención primaria de salud, además de otras actividades que incluirían el diagnóstico y tratamiento médico, aunque siempre desde un modelo de atención de enfermería: preventivo, de promoción, holístico y centrado en el paciente.
“La ampliación del rol de las enfermeras licenciadas no pretende sustituir o reemplazar a ningún profesional sino complementarlo, y ampliar habilidades para aumentar la eficiencia, mejorar los resultados en salud y reducir costos de atención”, sostuvo Silvia Cassiani, asesora en Enfermería y Técnicos de la Salud de la OPS.
La publicación ofrece nueve pasos y actividades para implementar el rol de la enfermera de práctica avanzada en los países de las Américas, y sugiere que los gobiernos, las asociaciones profesionales, las escuelas o facultades de enfermería, las instituciones de salud y otros interesados, discutan, implementen y amplíen el rol de las enfermeras de acuerdo con la necesidad y el contexto de cada país.