Nace bebé prematuro que posteriormente muere por enfermedad renal poliquística

Después de doce horas de trabajo de parto, nació un bebé por parto vaginal con un puntaje de Apgar de 6 y 8 en uno y cinco minutos, respectivamente.

Medicina y Salud Pública

    Nace bebé prematuro que posteriormente muere por enfermedad renal poliquística

    Una mujer de veintiún años se presentó en su visita de rutina a las veinticuatro semanas de embarazo con un historial de un nacido muerto meses antes. Esto, debido a la ruptura prematura de membranas a las veinticinco semanas de gestación. Como proceso regulatorio, se le realizó seguimiento prenatal cada cuatro semanas, que incluía una prueba de detección triple marcador y una prueba negativa del virus del Zika.

    En esta visita, la ecografía obstétrica del segundo trimestre reveló un feto vivo en presentación de vértice con 140 latidos por minuto de frecuencia cardíaca. El líquido amniótico se redujo, en consonancia con oligohidramnios, mientras que la placenta era posterior. También, se observaron riñones agrandados bilaterales e hiperecoicos con vejiga vacía. En este punto, la sospecha de enfermedad era renal poliquística e hipoplasia pulmonar; a lo que los padres se vieron confrontados con el diagnóstico y se les presentó la decisión de continuar o interrumpir el embarazo. Sin embargo, no desistieron de la idea y continuaron con el proceso, contó a MSP la doctora Kathy Caraballo, residente de medicina familiar del Manatí Medical Center.

    La progresión del embarazo y el desarrollo fetal fueron monitoreados en detalle con ultrasonidos, estando presente la enfermedad renal poliquística. La pareja comenzó a tener ansiedad durante sus visitas y tuvieron sentimientos encontrados con signos de negación, expresando confianza en un resultado positivo. Su última consulta se realizó a las treinta y dos semanas de embarazo sin nuevos incidentes. En la semana treinta y cuatro, la paciente acudió a la sala de urgencias de obstetricia y ginecología debido a un parto prematuro y PROM.

    Después de doce horas de trabajo de parto, nació un bebé por parto vaginal con un puntaje de Apgar de 6 y 8 en uno y cinco minutos, respectivamente. El bebé nació con respiraciones superficiales y ningún llanto que requiera ventilación con presión positiva para lograr una saturación del 80-85%, por lo que tuvo que trasladarse a la unidad de cuidados intensivos neonatales donde fue intubado.

    El examen físico del recién nacido reveló facies de Potter, punta nasal aplanada, micrognatia, oreja lobulada anormal, tórax pequeño, abdomen ascítico distendido y reflejos ausentes. Tres horas después del nacimiento, el recién nacido había disminuido el pulso y la hipoxemia. Posteriormente, se inició -sin éxito- el apoyo vivo neonatal avanzado (NALS, por sus siglas en inglés). El bebé fue declarado muerto con un diagnóstico de hipoplasia pulmonar, enfermedad renal poliquística y síndrome de Potter.

    Al enterarse de la terrible noticia, la madre tuvo dificultades para enfrentar las noticias y fue el padre el que logró despedirse del bebé. La mujer recibió evaluaciones psicológicas y psiquiátricas. Además, consejería de duelo después de la pérdida. Al tercer día fue dada de alta con seguimiento ginecológico y psicológico.

    Detalles de la enfermedad

    El diagnóstico de la enfermedad renal poliquística se establece mediante ecografía, que documenta riñones reniformes simiiformes, agrandados, caracterizados por hiperecogenicidad difusa y múltiples quistes pequeños. Es una afección con un muy mal pronóstico.  Estos casos tienen nefromegalia significativa con alrededor del 90% de los conductos afectados.

    La enfermedad renal poliquística es una anomalía de raro desarrollo hereditario, categorizada como autosómica dominante o autosómica recesiva. Se caracteriza por dilatación quística de los conductos colectores en el riñón que conduce a insuficiencia renal y también se asocia frecuentemente con afectación hepática.

    Por otro lado, los médicos de medicina familiar suelen enfrentarse a este tipo de situaciones donde tienen que envolver otros conocimientos fuera de la medicina y también requieren ayuda de un equipo multidisciplinario.

    "En este caso, esta fue la segunda pérdida perinatal de nuestra paciente que, además, la puso en mayor riesgo de tener otra pérdida. En la visita posparto, analizamos los métodos anticonceptivos y las herramientas de asesoramiento genético de planificación familiar para el próximo embarazo",

    indicó la doctora.

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