Menos intervenidas clínicamente, mayor la mortalidad en esta población y la necesidad de que se continúe investigando científicamente porqué las mujeres reflejan mayores disparidades en la atención médica a su salud cardíaca.
Menos intervenidas clínicamente, mayor la mortalidad en esta población y la necesidad de que se continúe investigando científicamente porqué las mujeres reflejan mayores disparidades en la atención médica a su salud cardíaca.
Así se desprende de un estudio científico realizado por médicos puertorriqueños que se han dado a la tarea de recopilar y analizar científicamente los datos de unas 14 instituciones hospitalarias del País -como Hospital Auxilio Mutuo, Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe, Mayagüez Medical Center y otros- en búsqueda de palpar parte de la realidad de los pacientes diagnosticados con infarto al miocardio en Puerto Rico e hispanos.
Entre los autores del estudio figuran la doctora Enid García, directora del Centro Dotal de Investigaciones de Servicios de Salud de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), la doctora Christina Arraut, con práctica en el Hospital de Veteranos en conjunto con Yaritza Reyes Medina y Rafael A. Martínez Torres, de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM).
El estudio evaluó unos 7,307 expedientes de pacientes de los años 2007, 2009 y 2011, diagnosticados con infarto al miocardio.
Unos 579 de la muestra se presentó con infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI), que se produce por la formación de un trombo sobre una placa rota de arteriosclerosis y que, a su vez, ocluye la circulación coronaria del músculo cardíaco.
“En términos de la población puertorriqueña y latina, no existe mucha información científica publicada. Se evaluó el sexo, el estatus social, los síntomas de presentación, comorbilidades, si (el paciente) recibió un tratamiento invasivo o no, si fumaba, si era diabético, si tuvo hospitalización prolongada y otros renglones”, detalló la doctora Arratut a Medicina y Salud Pública (MSP).
“Estadísticamente vimos que (a las mujeres) no se le interviene con tanta frecuencia como a los hombres con procedimientos como el cateterismo e inclusive no se le trata tan agresivamente como a los hombres. Esto puede deberse a la presentación atípica o tardía de los síntomas en las mujeres”, declaró.
Específicamente, el 61.8% de los pacientes fueron hombres, aunque las mujeres eran las de mayor edad (68.8%), a partir de los 60 años. Entre las comorbilidades presentabas en las mujeres estuvieron hipertensión (84.9%), fallo cardíaco congestivo (10.5%) y diabetes (55.7%).
Asimismo, los hombres presentaron un mayor uso del cigarrillo (27.2%) y fueron más intervenidos en procedimientos como, por ejemplo, cateterismo (62.3%).
La mortalidad se reflejó mayor en mujeres, con 15.0%, según parte del estudio en poder de este medio.
“Todo el mundo sabe que el fumar figura como un equivalente a una enfermedad coronaria”, enfatizó la doctora Arraut, refiriéndose al por ciento alto de hombres que indicaron ser fumadores.
Por su parte, la doctora García, directora del Centro Dotal de Investigaciones de Servicios de Salud de la Escuela de Medicina del RCM, sostuvo que otro de los hallazgos significativos del estudio fue que la mortalidad de pacientes que atravesaron infartos al miocardio fue mayor en mujeres y la necesidad de continuar los estudios de investigación en las disparidades de la población diagnosticada con enfermedades cardiovasculares en Puerto Rico.
“Estamos trabajando la extensión de este estudio para pronto publicarlo (en la literatura científica)”, estableció.
“Lo que trae este estudio también es la necesidad de continuar investigando en la isla, en relación a las disparidades y factores asociados en pacientes cardiovasculares y buscar estrategias para prevenirlas”, concluyó.