La realización de pruebas biológicas en roedores es uno de los procesos investigativos más útiles y eficaces en el ámbito científico en un bioterio, nombre que se le da al lugar especializado en control y cría de modelos animales para protocolos experimentales.
César Fuquen Leal
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
El Instituto Nacional de Salud (INS), ubicado en Bogotá, Colombia cuenta con el bioterio -nombre que se le da al lugar especializado en control y cría de modelos animales para protocolos experimentales- más especializado y equipado de toda América Latina. Este laboratorio recibe el nombre de ABSL-2. Los prototipos animales que se encuentran allí están en las condiciones necesarias para permanecer libres de patógenos, lo que permite un mejor detalle en el diagnóstico de las pruebas biológicas.
La infraestructura de este recinto cuenta con una inversión de más de 5 millones de dólares, que les permite obtener toda la indumentaria necesaria para la contención biológica. Gracias a las adquisiciones de equipos de última tecnología, el laboratorio fue comisionado internacionalmente, es decir, obtuvo una certificación que lo avala como uno de los laboratorios más especializados a nivel mundial, dejando entrever los altos y exigentes estándares de calidad bajo los que se rigen además de ser un centro ejemplar para otros laboratorios en todo el mundo.
José Ricardo Vanegas Romero, médico veterinario y coordinador del bioterio del
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La Revista Medicina y Salud Pública (MSP), visitó el bioterio del INS, en donde su equipo periodístico conoció sus instalaciones, habló con los investigadores y personal especializado de este laboratorio, quienes desentrañaron a este medio de comunicación todos los secretos y procedimientos relacionados a los análisis y estudios biológicos con varios animales del laboratorio.
El ABSL-2 del INS, realiza pruebas biológicas a seis especies de roedores diferentes o modelos animales, utilizados para diferentes investigaciones según las respuestas de sus organismos a pruebas físicas y psíquicas.
Luego de los procesos rutinarios de desinfección y asepsia que se realizan antes de ingresar, se procedió a conocer los alojamientos o zonas de barrera –nombre del lugar en el que reposan los prototipos animales–, y las características que cada uno de ellos requiere.
"Las diferencias entre las especies de roedores que son las ratas, los ratones, los hamsters, los jerbos y los cobayos están definidos sistemáticamente de acuerdo a sus rangos biológicos. Lo que sí podemos decir es que todos ellos independientemente de la especie, cumplen con una razón en su aporte a la ciencia, la tecnología y a la salud pública”, precisa José Ricardo Vanegas Romero, médico veterinario y coordinador del bioterio del Instituto Nacional de Salud en esta entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública.
Zonas de alojamiento de los ratones CD-1 y NIH, usados para conocer la reacción del mamífero frente a una agresión, intoxicación o infección experimental.
Los alojamientos del ABSL-2 están dotados de salas con todo el equipo necesario para que la estadía de sus prototipos animales, según su especie, sea la más óptima -de acuerdo con las normas internacionales-. Es decir, las salas cuentan con sistemas de refrigeración y calefacción que brinda óptimas condiciones a los prototipos animales y les permite sentirse en su hábitat natural.
“Al tener una especie como el jerbo, que requiere condiciones ambientales de temperatura más alta por su origen -los desiertos de Mongolia-, tenemos salas adecuadas con temperaturas de 23 o 24 grados que nos permiten simular aquella condición que es la más benéfica para los animales”, expresa el coordinador del laboratorio.
Cobayo Hartley, usados en test de seguridad, producción de anticuerpos y odontología.
"También, es pertinente mencionar que estos requerimientos ‘básicos’, garantizan que las pruebas biológicas cumplan con los estándares de calidad requeridos por el país. Los roedores que tenemos aquí alojados en nuestras zonas de barrera, están en un área que está dotada de todas las condiciones necesarias para el bienestar de los animales, zona que cumple con los requerimientos establecidos en las guías internacionales para el cuidado y uso de animales de laboratorio”, comenta el Dr. Vanegas.
Nombre científico: Rattus norvegicus, pertenece a una colonia no sanguínea, es proveniente de Estados Unidos y es usada para neurobiología.
El bioterio del INS, cuenta con el principio universal de las tres R, establecido desde la década de los 60 que más adelante se convertiría en la regla fundamental para la investigación con animales.
“En lo posible se debe restringir, se debe reducir o se debe reemplazar y si no se puede hacer eso, se debe refinar la técnica, cumpliendo con principios éticos que son establecidos a nivel internacional para tratar al máximo, que el uso de animales sea el mínimo posible. Si se requiere hacer como es el tema de las pruebas biológicas, debe ser lo más refinado posible y que tenga un impacto directo en la salud de las personas y la salud pública”, afirma el Dr. Vanegas.
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Grupo de investigación del
analizando las condiciones fisiológicas de los ratones CD-1.
Al indagar al coordinador del bioterio sobre las vacunas y virus que se han estudiado con los roedores, comenta que: “Las enfermedades más comunes en las que se usan los animales de laboratorio en el Instituto, son enfermedades transmitidas por vectores, como lo son el virus del Zika, el virus del chikungunya y el dengue, (…) también se desarrollan enfermedades como el tripanosoma al igual que el chagas”.
Aparte de las mencionadas, el INS ha desarrollado investigaciones sobre el virus de la rabia, en las que se han utilizado microorganismos -también manipulados para que estén libres de patógenos, al igual que todos los roedores que alberga el laboratorio-.
Camada de ratones recién nacidos. Exclusivo MSP.
Sin embargo, el interés por comprender las enfermedades propias del trópico o avanzar en estos tratamientos para que sean eficaces y accesibles, no son el único y principal logro. El INS, de la mano con el bioterio ABSL-2, es precursor en los análisis de la incidencia del veneno en el ser humano. Gracias a las investigaciones que desarrolla el INS, se pueden realizar desarrollos grandísimos como el avance en los antivenenos en Colombia.
"El Instituto es pionero y es de las instituciones que genera los antivenenos más efectivos en términos de neutralización de la toxicidad que genera el veneno de las serpientes”, explica el médico veterinario y coordinador, José Ricardo Vanegas.
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Rata Wistar, usada para investigar la eficacia, neurobiología, toxicología, etología y nutrición.
Las pruebas biológicas que se realizan en este centro de investigaciones son exitosas, gracias al equipo especializado con el que cuenta.
“Los técnicos tienen la intervención directa con los animales, ellos han tenido una formación básica y en el laboratorio se realizan entrenamientos constantes que permiten demostrar sus habilidades con las diferentes técnicas en animales, (...) también tenemos personal muy calificado en ingeniería porque este tipo de laboratorios demanda unos controles muy especializados, que llevan no solamente la formación en sus ingenierías, sino al conocimiento mismo del laboratorio para poder intervenir en los momentos que sea indicado”, comenta orgulloso el coordinador del bioterio.
Nombre científico: Cavia porcellus, proviene del Charles River Laboratories en Estados Unidos.
Así queda en evidencia el potencial investigativo de la región. El bioterio del Instituto Nacional de Salud cuenta con toda la indumentaria necesaria para la realización de las pruebas biológicas. Además, el alto nivel de compromiso y la calidad durante sus procesos investigativos, catalogan a este laboratorio como el mejor de Latinoamérica y posicionan a nivel internacional, la labor científica que se realiza desde Colombia para el mundo.
