Así lo afirma el Dr. Iván Meléndez Rivera en un artículo Retos para la prevención del VIH en Puerto Rico por medio de PrEP, redactado para nuestra revista impresa Medicina y Salud Pública.
Rosmery Cernadas Batista
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
La profilaxis preexposición (PrEP) es una medida empleada desde el año 2012 como prevención del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Sin embargo, “su implementación puede estar amenazada por barreras estructurales como la falta de seguro de salud o el acceso al cuidado de salud”.
Así lo afirma el Dr. Iván Meléndez Rivera en un artículo Retos para la prevención del VIH en Puerto Rico por medio de PrEP, redactado para nuestra revista impresa Medicina y Salud Pública.
Y es que, si bien la aprobación de esta estrategia de prevención ha significado desde entonces un aporte efectivo en la prevención de esta enfermedad, aún existen barreras que impiden una amplia y correcta adherencia por parte de la población puertorriqueña:
“La efectividad del uso diario de tenofovir/emtricitabina (TDF/ FTC) como profilaxis preexposición en prevenir el VIH en la comunidad depende a que se tome, se mantenga un enlace continuo a cuidado y adherencia al tratamiento. Varios factores se asocian a la descontinuación de PrEP”,
aseveró el galeno en su artículo.
Lo cierto es que con la expansión del PrEP se podrían disminuir “los casos nuevos de VIH entre un 35 y un 59 por ciento”. Además, su uso es una eficaz alternativa para disminuir e incluso eliminar las nuevas infecciones por VIH en Estados Unidos y Puerto Rico. En Puerto Rico existen tres clínicas formales que cuentan con diferentes estructuras y servicios.
Según refiere el doctor en su texto, fue realizado un estudio que abarcó una población de 1258 personas, de las cuales el 36% usó PrEP de forma consistente, el 9% la descontinuó de forma temporal y el 17% lo descontinuó permanentemente.
Aunque sí existe un porcentaje de la población que es consistente en el tratamiento por PrEP, siempre hay un alto número de personas que no siguen el tratamiento. “Las mujeres, hispanos y afroamericanos presentan un ínfimo número de beneficiarios, demostrando que la disparidad en la prevención está presente en todas las áreas”.
Esta deficiencia se debe -en gran medida- a la dificultad en los accesos y los costos, sumados a que se trata de un tratamiento que no está cubierto para prescribir. Adicionalmente, señala el doctor Meléndez, existe una alta carencia de proveedores con los conocimientos necesarios para prescribir.
Por otro lado está el factor social que se traduce en pérdida del interés, muy común cuando se trata de un medicamento preventivo. Cambios en las prácticas sexuales, iniciar una relación estable con alguien negativo al VIH o una pareja positiva pero no detectable. Además, la abstinencia sexual o la ruptura con pareja seropositiva.
En la isla no existe data específica que evidencie los motivos exactos de por qué se descontinúa al tratamiento. Sin embargo, se conoce que este exige la realización de pruebas de laboratorio y citas frecuentes, lo que podría ser un motivo. No obstante, en el artículo se resalta las limitantes que ofrecen los planes médicos, especialmente los proporcionados por el plan de salud del gobierno.
En conclusiones, la prevención del VIH es aún un reto en la población de Puerto Rico: se necesita mayor acceso mediante la facilidad de proveedores, mejorar el acceso a planes médicos que permitan el uso del medicamento y ofrecer beneficios en laboratorios relacionados, especialmente en el plan de salud del gobierno de Puerto Rico.
De esta manera se logrará proveer a toda la población la oportunidad de un diagnóstico más certero y a tiempo.