En Brasil, la extensión de los incendios que padece obligó a algunos estados amazónicos como Amazonas y Acre a declarar situación de emergencia o alerta ambiental debido al efecto que las grandes humaredas tienen sobre las enfermedades respiratorias e incluso el tránsito aéreo, según declaraciones publicadas en BBC Mundo.
De hecho, los incendios forestales que padece Brasil en lo que va de año no tienen precedentes desde que en 2013 comenzaron a monitorearse desde el espacio.
Pero el fuego también es noticia en otros países como Bolivia, Paraguay y Perú.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales brasileño (INPE, por sus siglas en portugués) ha registrado en este 2019 un aumento en los fuegos de alrededor de un 83% en comparación con el mismo período de 2018.
Según este organismo, más de la mitad de los incendios en este país se registraron en la selva amazónica.
En Bolivia, la región oriental de Santa Cruz se convirtió en epicentro de una serie de incendios que en más de tres semanas llevan consumidas alrededor de 500.000 hectáreas de bosque y pastizales.
Las autoridades cruceñas, que este fin de semana declararon la situación de "desastre departamental", atribuyen el fuego a los "chaqueos", la quema de vegetación para preparar terrenos de cultivo y pastoreo por parte de los agricultores.
También llegó a Bolivia el incendio declarado el fin de semana en el Pantanal paraguayo, un humedal que comparten ambos países con Brasil. El incendio arrasó más de 21.000 hectáreas.
En Perú, el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) informó que en menos de un mes había registrado 98 incendios forestales en 18 regiones del país. La mayoría de los siniestros fueron causados por acción humana, de acuerdo a Indeci.
Sin embargo, atendiendo a las cifras generales, la NASA asegura que el número de incendios en la cuenca del Amazonas es, en lo que va de año, ligeramente inferior al promedio.
La agencia espacial estadounidense dijo que, si bien la actividad había aumentado en los estados brasileños de Amazonas y Rondonia, había disminuido en los estados de Mato Grosso y Pará.
Es en la selva amazónica donde se han registrado más de la mitad de los incendios (52,6%) que afectaron a Brasil este año,de acuerdo al INPE.
Los conservacionistas culpan al presidente Jair Bolsonaro por la difícil situación de la Amazonía, diciendo que ha alentado a los madereros y agricultores a quemar la vegetación para "despejar" la tierra.
Científicos aseguran que la selva tropical ha sufrido pérdidas a un ritmo acelerado desde que el mandatario asumió el cargo en enero.
Los incendios forestales son frecuentes en Brasil en la estación seca, pero también pueden iniciarse deliberadamente con el fin de deforestar ilegalmente las tierras para la cría de ganado.
El INPE dijo que había detectado más de 74.000 incendios entre enero y agosto en todo el país, el número más alto desde que comenzaron los registros en 2013.
Esto significa que ha habido unos 40.000 incendios más que en el mismo período de 2018.
Solo desde el jueves, el INPE observó más de 9.500 incendios forestales, detalló el organismo, la mayoría en la región amazónica.
Sin embargo, el segundo peor año reciente en términos de incendios forestales fue 2016, con más de 68.000 entre enero y agosto.