Con relación a los niños, a estos hay que modelarles la calma pues existe una gran diferencia de estos respecto a los adultos, los cuales se expresan abiertamente.
Alejandra Martínez
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
El impacto psicológico de un desastre natural es totalmente distinto en niños y adultos. A los niños hay que modelarles la calma pues, existe una gran diferencia de estos respecto a los adultos, los cuales se expresan abiertamente. Por lo tanto, a los niños hay que darles ejemplo, debido a que ellos observan el reaccionar de los adultos.
"A los niños hay que hablarles de una manera simple, sencilla y en términos que ellos puedan entender. Incluso, se les pueden hacer dibujos de lo que está sucediendo y explicarles además sobre peligros relacionados. Por tal motivo, nosotros como adultos tenemos que mantenernos calmados para poder reaccionar ante esta situación y darles ejemplo”, expresó el Dr. Ángel Martínez, psiquiatra y subespecialista en niños y adolescentes durante una entrevista a la revista de Medicina y Salud Pública (MSP).
Martínez explica que, además, cuando suceden este tipo de eventos, a los niños hay que mantenerles las rutinas lo más posible, asegurándonos anteriormente de que todo miembro de la familia se encuentre bien y fuera de peligro dentro del hogar. De modo que, mantener esa rutina va a ser esencial para ellos.
Cuando se pasa por este tipo de situaciones a los niños hay que hablarles en un tono calmado, bajo y dejarles saber lo que está sucediendo. Pues suele suceder que, generalmente los niños preguntan a sus padres sobre lo que está pasando y si estos les niegan la realidad, podrían causarles más temores al presentir que les están escondiendo algo.
Entonces “si un adulto se siente ansiedad o temor, se le recomienda explicarle a su hijo de una forma calmada lo que está sucediendo, mostrándole que tienen el control. Eso va a generar calma y conocimiento al niño de la situación y que los papás se están encargando de ello”,
manifestó el galeno.
Por otra parte, otras de las recomendaciones es mantener a los niños en su rutina y entretenerlos, ya sea con juegos de mesa o cosas similares que lo ayuden a distraerse. En cuanto a los adolescentes, pueden involucrarlos en la planificación de preparar mochilas y cosas básicas que se necesitarán.
Para este tipo de acontecimientos se sugiere que las personas tengan una mochila con las cosas más importantes como los son: documentos, medicinas, agua, comida y demás elementos básicos necesarias para pasar el tiempo después del temblor o terremoto.
Ante este tipo de eventos, como los adultos, los niños también pueden mostrar indicios asintomáticos como temores o ansiedad, asimismo, dolor de cabeza, dolor de estómago, etc. Sin embargo, se ve más frecuente que suceda en los niños.
Los adultos por el hecho de ser adultos pueden estar más conscientes del temor que sienten. Lo que puede ocurrir es que a medida que se eleve la ansiedad - en algunas personas- (aclarando que en ocasiones esta puede ser buena para tomar acción y moverse), si no se sabe manejar, podría causar también síntomas desagradables, incluyendo que se paralicen y entren en estado de shock.
Otros síntomas son: aceleración del corazón, falta de aire, malestar en el pecho, temblor en las manos, entre otros. Sin embargo, si estos llegan a continuar de manera constante y por largos periodos de tiempo y con mayor intensidad, la persona debería buscar ayuda de salud mental.
El doctor afirma que lo más importante es que si la persona está en un tratamiento y tiene medicamentos, como pueden ser los antidepresivos o ansiolíticos -que son los tratamientos de primera línea para la ansiedad- deben continuar con los medicamentos.
Es decir, “deben estar disponibles aún en la emergencia. Puesto que, si no se toman de acuerdo a las indicaciones, los niveles de ansiedad pueden aumentar. Adicionalmente se debe continuar con tratamiento psicológico a través de terapia hablada. Y una parte de la terapia hablada se refiere a trabajar con los pensamientos”, afirmó el psiquiatra.
Uno de los pensamientos más comunes que pueden surgir en las personas cuando pasan por un desastre natural como por ejemplo un terremoto, es creer que dicho evento es insoportable. “En consecuencia, lo que más se puede trabajar en ese momento es ayudarle a la persona con el fin de que llegue al punto de decir ‘yo puedo lidiar con esto’”; dijo a MSP.
Por ejemplo, en el caso actual de Puerto Rico donde los temblores han venido ocurriendo por semanas, el terremoto anterior era algo inesperado, y mucho menos al nivel con el que azotó.
En cuanto a fobias por los terremotos existe una conocida como ‘Tremofobia’. Esta se refiere al miedo a los terremotos y temblores. Sin embargo, en este caso, "no se consideraría una fobia debido a que hay un estresor real que está sucediendo".
En este caso, una de las mayores preocupaciones es que las personas desarrollen trastornos de estrés postraumático, el cual es un trastorno que, si persiste en la persona por más de un mes después de haber experimentado una experiencia traumática, uno de los síntomas puede ser querer evitar todo aquello que le recuerde a esa experiencia.
Es decir, “el ser humano puede tener la capacidad de adquirir cualquier temor o fobia a cualquier objeto pero, si el estresor está ahí presente se considera más como un trastorno de estrés postraumático”, aclaró.
Según Martínez, estas son sumamente recomendables para cualquier persona atravesando una crisis porque, ellos sabrán a donde referirlos según la necesidad que estén teniendo.
“Por ejemplo, después del huracán María se pudo observar cómo las llamadas a las líneas de crisis aumentaron enormemente. Pero aún así, esas llamadas se trabajaron y lo que se observó es que aumentó también el reconocimiento y la educación de y por parte de esas líneas a la ciudadanía”,
afirmó el también profesor en el Recinto de Ciencias Médicas.
Entonces, durante esa crisis, muchas personas pudieron obtener los servicios de salud mental que estaban buscando gracias a ello. Algo que antes muchas personas no conocían.
Para finalizar, una información importante relacionada: Si usted siente ansiedad por los sismos ocurridos o tiene alguna otra condición de salud mental recuerde que puede comunicarse con la línea PAS de ASSMCA al 1-800-981-0023. Disponible las 24 horas.