Un estudio publicado en «Nature Neuroscience» sugiere que es posible reverir la pérdida de la memoria a corto plazo mediate la electroestimulación de determinadas áreas del cerebro a un ritmo determinado
La electroestimulación cerebral, una técnica utilizada para el tratamiento de algunas enfermedades neuronales, podría ayudar a recuperar la pérdida de memoria trabajo o a corto plazo, es decir, la capacidad de retener información de forma breve para su uso posterior, que disminuye con el envejecimiento. Según un equipo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Boston (EE.UU.) , está pérdida se puede revertir estimulando determinadas áreas del cerebro a un ritmo específico. El estudio se publica en la revista « Nature Neuroscience».
Los autores del trabajo explican que, este tipo de memoria, en los adultos más jóvenes, está vinculada a interacciones neuronales específicas dentro y entre las regiones del cerebro y se piensa que este proceso involucra dos patrones de oscilación neural u ondas cerebrales llamadas ritmo gamma y ritmo theta, en la corteza prefrontal y en el lóbulo temporal del cerebro.
A través del uso de electroencefalografía, los investigadores, coordinados por Robert Reinhart y John Nguyen, examinaron cómo cambian las interacciones en adultos mayores y cómo se relacionan con la memoria a corto plazo.
Para ello utilizaron un procedimiento de estimulación cerebral no invasivo con el que poder modular las interacciones de las ondas cerebrales individuales asociadas con este tipo de memoria.
Así, seleccionaron un grupo de adultos: 42 personas de 20 a 29 años y otros 42 de 60 a 76 años. A todos ellos se les examinó su capacidad de llevar a cabo una tarea sobre cómo llevaban a cabo una tarea que implicaba a este tipo de memoria con y sin estimulación cerebral.
Al recibir estimulación cerebral, la precisión con la que operaron los mayores mejoró y se acercó más a la de los jóvenes
Los resultados mostraron que los adultos mayores eran más lentos y menos precisos que los jóvenes, los cuales mostraron mayores interacciones entre los ritmos theta y gamma en la corteza temporal izquierda y una mayor sincronización de los theta en las regiones frontotemporales.
Al recibir estimulación cerebral, la precisión con la que operaron los mayores mejoró y se acercó más a la de los jóvenes, un efecto que duró hasta cincuenta minutos después de la administración de los impulsos.
Sería prematuro extrapolar los hallazgos al la práctica diaria en individuos con problemas de memoria clínicamente significativos
Para Dorothy Bishop, profesora de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña), a pesar de que reconoce que la idea es «ciertamente interesante», hay que tener en cuenta que este estudio es una «prueba de concepto» por lo que «sería prematuro extrapolar los hallazgos al la práctica diaria en individuos con problemas de memoria clínicamente significativos». La experta reconoce que no hay indicios de que los «efectos beneficiosos de la estimulación persistan más allá de la sesión experimental y haría falta una mayor cantidad de investigación antes de concluir que este método tenía aplicación clínica».
Estos resultados pueden proporcionar una base para futuras intervenciones dirigidas al deterioro cognitivo relacionado con la edad
De similar opinión es Robert Howard, del University College London(Gran Bretaña): «Los hallazgos deben replicarse en las condiciones de los ensayos clínicos, con un mayor número de participantes». además, sostiene, «los beneficios del 'mundo real' de cualquier mejora aparente en la memoria de trabajo experimental asociada con la técnica también deberán evaluarse junto con el impacto de cualquier efecto adverso potencial de la estimulación cerebral. Por ejemplo, las mejoras inducidas en la memoria de trabajo pueden conducir a un empeoramiento de otras áreas de la función cognitiva».
Los investigadores, no obstante, concluyen que estos hallazgos pueden proporcionar una base para futuras intervenciones dirigidas al deterioro cognitivo relacionado con la edad.