Decía el filósofo Francis Bacon que “saber es poder“. En el caso de los pacientes, está demostrado que estar bien informado mejora la toma de decisiones sobre sus opciones de tratamiento
Decía el filósofo Francis Bacon que “saber es poder“. En el caso de los pacientes, está demostrado que estar bien informado mejora la toma de decisiones sobre sus opciones de tratamiento y, por tanto, sus posibilidades de cura. Sin embargo, la búsqueda de información sobre salud en Internet supone serias dudas por cuanto a la rigurosidad de sus contenidos se refiere.
¿Quién no ha buscado alguna vez información en la web para interpretar sus síntomas? Seis de cada 10 españoles utiliza Internet para informarse sobre salud, especialmente sobre alimentación y vida saludable, según la última encuesta del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONSTSI).
Un valor notablemente elevado si tenemos en cuenta que la mitad de los internautas confía en la red como fuente de información. Pese a ello, buscadores web como Google se han convertido en una especie de “consulta médica extraoficial” a la que el 85% acude como primera y única opción cuando tiene algún tipo de síntoma o duda en relación a posibles enfermedades, diagnósticos o tratamientos.
La mayoría de las consultas buscan asesoramiento sobre nutrición, alimentación y estilos de vida saludables (54,2 %); enfermedades diagnosticadas (52,1 %); síntomas (50,09 %) o remedios (47 %).
Fuente: ONTSI
Marta Díaz es fundadora y presidenta de la ONG ‘Información sin Fronteras‘, farmacéutica y lleva más de 25 años formando a médicos y pacientes en la búsqueda de información sanitaria.
Su labor formativa, en este caso hacia los pacientes, pasa por advertirles del riesgo que puede ocasionar una inadecuada información y por enseñarles métodos de búsqueda y técnicas para verificar la fiabilidad de las fuentes de información.
“Existe una necesidad de información sanitaria a nivel global, sin embargo, cuando buscamos información sobre salud en Internet nos asustamos bien porque no sabemos a dónde acudir ni bajo qué criterios, o bien porque aquello que buscamos puede hacernos pensar que nuestra patología o síntomas son más graves de lo que en realidad son (cibercondria)”, afirma.
Leer y estudiar sobre nuestra enfermedad nos ayuda a sobrellevarla mejor y poder tomar decisiones, incluso poder ayudar al médico y a otros pacientes en la forma de encauzar la enfermedad.
Según el ONTSI, solo 21,5 % de los ciudadanos serían pacientes empoderados o expertos. Esto es, aquel que se forma e informa sobre salud y, por tanto, conoce en profundidad cuál es su estado de salud o enfermedad, posee el control y es partícipe en la toma de decisiones de manera coordinada con los profesionales sanitarios.
A continuación repasamos las pautas para buscar información rigurosa sobre salud en Internet:
Una vez alcanzado este primer nivel, es momento de que el paciente pueda ir especializándose más. Por ello, según apunta la experta, “una vez que el internauta ha adquirido los conocimientos básicos de búsqueda y filtración de información, estará en disposición de pasar a un segundo nivel de lectura en el que puede profundizar más sobre su enfermedad o sus síntomas a través de guías de procedimientos, guías sobre patologías, estudios elaborados por grupos de trabajo, sociedades científicas, etc.”.
“El paciente puede llegar hasta donde quiera. Cuando le diagnostican una enfermedad crónica, tiene por delante un camino de formación sobre su propia patología en el cual irá avanzando a lo largo de su vida”, asegura Marta Díaz.
Fuente: ONTSI
Otro de los puntos fundamentales de la formación sobre salud es el acercamiento del paciente con el médico.
“Durante mis 25 años de experiencia en el campo de la formación, me he encontrado muchos casos de médicos a los que les da miedo el paciente informado y, por otro lado, pacientes a los que les da miedo el médico”, declara la presidenta de ISF.
Por ello, si el paciente cuenta con las herramientas y habilidades para manejarse con seguridad en informaciones sobre salud “romperemos a su vez la barrera entre médico y paciente, pues ambos forman un perfecto equipo de trabajo”, argumenta.
Simulación de una prescripción de página web. Imagen: L.M.T
En línea a lo anterior, los profesionales sanitarios tienen el papel fundamental de orientar al paciente hacia un consumo adecuado de información sobre salud en Internet. Por ello, otra de las herramientas para mejorar la relación entre médico y paciente es la implementación de recetas médicas que incluyen prescripción de páginas web fiables y seguras.
“Se trata de algo muy positivo, sobre todo si nos van a realizar algún tipo de prueba diagnóstica compleja que nos asuste; saber qué fuentes de información consultar nos puede ayudar y tranquilizar”, indica.
Asimismo, la acreditación de sitios web sanitarios a través de certificados de calidad es otra de las medidas para reconocer las páginas con contenidos rigurosos. “De momento estos sellos o certificados de calidad son algo voluntario por parte de la propia organización propietaria de la página web; no obstante, es una medida muy positiva y que demuestra transparencia”, indica Marta Díaz.