En los últimos años, los grandes avances en genómica han permitido identificar numerosos genes cuya mutación o pérdida causa tumores de mama.
Científicos del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) han identificado nuevas alteraciones génicas causantes de uno de los tipos más agresivos del cáncer de mama, el basal o triple negativo.
En los últimos años, los grandes avances en genómica han permitido identificar numerosos genes cuya mutación o pérdida causa tumores de mama. Sin embargo, para este subtipo todavía se desconocen los genes que causan el desarrollo del tumor, lo que se traduce en la inexistencia de una terapia específica, y que se trate con quimioterapia convencional, "mucho más agresiva y menos eficiente", han explicado los autores.
La Unidad de Oncología Molecular del CIEMAT, con la ayuda del Centro de Investigación Biomédica en Red del Cancer (CIBERONC), ha utilizado transposones, elementos genéticos móviles con capacidad mutagénica. Y con ayuda de la Universidad de Iowa, en Estados Unidos, han desarrollado un modelo de ratón en el cual se ha introducido un transposón modificado de manera que 'salte' dentro del genoma de ciertas células epiteliales del organismo e inactive los genes ahí donde 'cae'.
Inserciones del transposón en el gen Rasa1
Estos animales desarrollaron tumores de mama y el análisis por secuenciación masiva de estos tumores determinó que gran parte de ellos presentaba inserciones del transposón en el gen Rasa1, que codifica para un importante regulador de la vía de Ras, una de las principales vías activadas en varios tipos de cáncer.
Estos datos fueron validados en humanos usando una triple aproximación. Por un lado, se compararon con la gran cantidad de datos generados por análisis genómico de tumores humanos y, por otro, se determinó su relevancia analizando biopsias de pacientes con cáncer de mama. Finalmente, se comprobó en cultivos celulares que las correspondientes alteraciones genéticas incrementaban la malignidad.
La importancia de este estudio, según los autores, radica en que los tumores humanos con alteraciones en el gen Rasa1 resultan ser los de tipo basal o triple negativo, aquellos que no disponen de tratamiento específico, y permite abrir una nueva vía para entender cómo se desarrollan estos tumores y diseñar una terapia específica.
Publicado en Oncología Médica.