Fuente: Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Con el paso de los años se ha evidenciado que, en enfermedades como la fibrosis hepática y pulmonar, donde el tejido se vuelve más rígido, las fuerzas mecánicas activadas por las células aumentan, promoviendo la progresión de la enfermedad. Ante esto, un reciente estudio del Instituto de Bioingeniería de Catalunya (IBEC) ha descubierto la forma en la que fuerzas físicas activan genes que producen cáncer.
Según la investigación, cuando las fuerzas no alcanzaban el núcleo de la célula, la proteína YAP (que se encarga de gobernar procesos como el tamaño de los órganos y que activa la transcripción de genes que promueven el cáncer al aumentar la proliferación e impedir la muerte de las células cancerosas) permanecía en equilibrio entre el citoplasma y el núcleo. De forma que, cuando las fuerzas afectaban al núcleo, como ocurre en áreas de tejido tumoral que son particularmente rígidas, las células respondían abriendo los poros del núcleo permitiendo que entrara más YAP. Esto activa a los genes implicados en la proliferación o supervivencia celular, y permite que el cáncer se disemine y crezca.
Para Pere Roca-Cusachs, investigador principal del grupo de Mecanobiología molecular y celular en el IBEC, ahora se puede comprender cómo la rigidez del tejido tumoral afecta a las células a nivel genético, promoviendo la estrategia de supervivencia de las células cancerosas.
Adicionalmente, este mecanismo de mecanosensado también podría ser utilizado por las células en otros procesos donde las fuerzas desempeñan un papel importante, como por ejemplo en el desarrollo embrionario.