Médicos enfatizan en que dicha formación de coágulo es prevenible.
Enfermedades como el hipertiroidismo, fallo congestivo, fibrilación atrial, la hipertensión y hasta la diabetes continúan siendo una de las causas principales de los accidentes cerebrovasculares en Puerto Rico.
Según fue estipulado por el doctor Gilberto Rivera, presidente entrante de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, el infarto cerebral continúa diagnosticándose en pacientes en las salas de emergencias del País debido al aumento en las enfermedades cardiovasculares en la isla.
“Constituyen una de las principales causas de muerte en Puerto Rico, donde ocurren sobre 1,300 muertes al año. Está en aumento y vemos en los Estados Unidos cerca de 800 mil casos y sobre un 15% de personas mueren. Tenemos personas con más factores de riesgo y complicaciones”, explicó a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).
“Estamos desarrollando mejores estrategias de tratamiento para evitar que los pacientes enfrenten un infarto en el cerebro. Cuando el paciente desarrolla el accidente cerebrovascular es que por lo regular lleva con la enfermedad cardiovascular muchos años”, reiteró.
Destacó de paso que la enfermedad de la arteriosclerosis es otra de las afecciones cardíacas que pueden desembocar en un “stroke” por los problemas de colesterol, lípidos, entre otros factores.
De otra parte, el cardiólogo Antonio Renta resaltó el uso de los medicamentos anticoagulantes, sobre todo en pacientes diagnosticados con fibrilación atrial, una de las arritmias cardíacas que pueden predisponer al paciente a desarrollar un infarto cerebral.
“Antes solo disponíamos del uso de la Warfarina. Ahora contamos con los anticoagulantes nóveles que son muy efectivos para los pacientes que los usamos hace cinco años. Tienen la ventaja que no tiene restricciones de dietas como en el caso de la Warfarina”, enfatizó.
Indicó además que estos medicamentos no solo pueden prevenir el infarto al cerebro, sino un panorama de embolismo sistémico, donde el coágulo de sangre -mayormente formado en el atrio izquierdo del corazón- pueden viajar a los brazos, piernas y otras partes del cuerpo.
“En algunos estudios han resultado superiores evitando el embolismo sistémico en los pacientes, el riesgo del accidente cerebrovascular y de sangrado”, concluyó.