Los trastornos de sueño son enfermedades que dificultan a los afectados llevar una vida normal. Entre ellos se destaca la narcolepsia, una anomalía que provoca el colapso del organismo.
Agencia Sinc
El británico Henry Nicholls padece narcolepsia desde los 21 años. Este trastorno, que ocasiona oleadas de sueño incontrolable en el momento más inesperado, no le ha impedido destacar como divulgador de la biología y la neurociencia. En su libro Duérmete ya hace un repaso de los problemas del sueño y nos da pautas para descansar mejor.
–¿Cómo vas con tu necrofilia?
Mi amigo se interesaba por mi narcolepsia, un trastorno neurológico seriamente discapacitante con la que he vivido más de la mitad de mi vida.
–Ahí sigue –contesté–. Gracias por preguntar.
Así, con humor, arranca Sleepyhead: The Neuroscience of a Good Night's Rest, publicado en castellano con el título Duérmete ya por la editorial Blackie Books. En este ameno ensayo, Henry Nicholls, periodista científico y divulgador británico, explora la neurociencia detrás de la narcolepsia y de toda una gama de problemas del sueño de los que aún se sabe muy poco. También habla de cómo lograr una “buena higiene del sueño”. Escribir el libro –dice– le ha ayudado a mejorar su propio descanso.
La narcolepsia es un trastorno en el que el sueño interfiere con la vigilia. Todo el mundo ha tenido alguna vez esa sensación de ser incapaz de mantenerse despierto. Para las personas con este problema, esto sucede varias veces al día y es cien veces más difícil de combatir.
En medicina, las patologías siempre se han utilizado para aclarar y dar sentido a lo que significa estar sano. La gente que no tiene problemas de sueño no repara en lo importante que es dormir bien. Los que tenemos un trastorno de este tipo somos los más acreditados para opinar y dar ideas acerca de la importancia del sueño.
La narcolepsia está causada por el fallo de una pequeña población de neuronas en el centro del cerebro que dan estabilidad a la vigilia y al sueño, pero que también influyen en la motivación, el estado de ánimo, la temperatura corporal, el metabolismo, el apetito, la saciedad y mucho más.
La pérdida de estos neurotransmisores provoca muchos síntomas extraños, incluyendo cataplejía, donde una emoción o una situación graciosa puede desencadenar un colapso de todo el cuerpo. De hecho, lo que sucede es que se activa la vía responsable de paralizar los músculos del cuerpo mientras se sueña. Aunque la persona que acaba de sufrir un episodio de cataplejía parece que acaba de dormirse, está completamente consciente, pero no se puede mover.
Lo es. Es lo más parecido a sentir que te mueres, creo.
Uno de los síntomas de la narcolepsia es la fractura del sueño nocturno. Las personas con narcolepsia rara vez tienen problemas para conciliar el sueño –como es el caso de muchas personas con insomnio– pero nos despertamos alrededor de 20 o 30 veces cada noche. Como consecuencia, aunque dormimos, terminamos en un estado de privación casi permanente del sueño y con un descanso de mala calidad por las interrupciones.
He aprendido mucho sobre el sueño, sobre la historia de los esfuerzos para entenderlo, los retos de estudiarlo, las últimas ideas sobre por qué lo hacemos y sobre lo que ocurre en el cerebro. Al explorar otros trastornos del sueño, me di cuenta que padecía también algunos de ellos en cierta medida. Nada de esto me va ayudar con mi narcolepsia, pero hay mucho que puedo hacer para prevenir otros trastornos del sueño que empeoran mi descanso. Y sí, escribir el libro me ha hecho ver que seguir ciertas pautas me ayuda a mejorar mi calidad de sueño.
Hay que informarse y valorar cuánto descanso necesita tu cerebro. Si crees que puedes tener un trastorno del sueño, ve al médico. No hay que tomar estos problemas a la ligera. Es necesario establecer rutinas sobre la hora a la que te vas a dormir y a la que te despiertas. Las horas deberían mantenerse todos los días de la semana. Tu cerebro apreciará la rutina.
También es importante evitar la cafeína después del mediodía. Deja de fumar, no bebas alcohol ni comas demasiado antes de acostarte. Y si roncas, tienes apnea del sueño y dejas de respirar mientras duermes, debes buscar ayuda médica inmediatamente. Puede ser letal y se trata con bastante facilidad.
Afectan al sueño de dos maneras. En primer lugar, la luz emitida por estos y otros dispositivos electrónicos envía una señal de alerta al cerebro que retrasa el inicio del sueño. Esto se debe a que las longitudes de onda de la luz son similares a las del atardecer y el cerebro ha evolucionado para ser muy sensible a ellas. Mirar el teléfono por la noche cuando está oscuro afuera es como enviar un mensaje continuo al cerebro de que el sol se está poniendo.
Por otro lado, el contenido al que se accede con estos dispositivos es tan increíblemente adictivo que en vez de dormir sigues mirando la pantalla. Esto es evidente en los niños y adolescentes, que se enganchan a juegos y a redes sociales con facilidad. La privación del sueño es peligrosa a cualquier edad, pero más aún cuando estás creciendo y madurando. Todavía no entendemos completamente el impacto que esto está teniendo en los chavales, pero es probable que esto acabe afectando a su rendimiento en la escuela y a su salud física y mental.
Quién es quién en la ciencia detrás del sueñoMuchas de las personas que padecen narcolepsia y otros trastornos del sueño pasan su vida sin recibir un diagnóstico. A la ciencia médica aún le queda mucho camino para tratar adecuadamente estos problemas. Henry Nicholls hace un repaso para Sinc de los investigadores más punteros en la neurocienca del sueño.
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