La científica se ha convertido en la propia antagonista de la enfermedad.
Agencia de Noticias de Medicina y Salud Pública
Fue una mujer apasionada por las ciencias desde adolescente, pero jamás pensó que su propio diagnóstico sería la puerta que la llevaría a convertirse en la antagonista contra la enfermedad de la endometriosis.
La vida de la hoy bióloga molecular Idhaliz Flores estuvo por casi una década sumergida dentro de dolores pélvicos durante sus periodos menstruales y provocaron hasta visitas a la sala de emergencia.
A pesar de que podía encontrar alivio temporero al mismo, su mayor angustia era el no poder encontrar un diagnóstico certero que justificara tanta dolencia que provenía del área de la pelvis.
“Era un dolor incapacitante durante el periodo menstrual, que como no eran crónicos, yo los catalogaba normal. Sin embargo, con el tiempo se complicó cuando me tuvieron que hospitalizar en dos ocasiones con un dolor severo y agudo de origen desconocido y aún viviendo en los Estados Unidos no me pudieron dar un diagnóstico”, narró la doctora aMedicina y Salud Pública (MSP).
“El no saber de dónde provenía el dolor me causaba mucho estrés, tensión y miedos de lo que pudiera ser”, añadió.
Una gran masa apareció en el útero de Flores para el 1994. Para su tranquilidad, el cáncer de ovario fue descartado. Ahí llegó el diagnóstico de la endometriosis, condición que estaba provocandole infertilidad mes tras mes.
“Fueron ocho años presentando angustia mes tras mes por la infertilidad. Esto fue un impacto muy fuerte para mí desde el aspecto emocional, especialmente en la sociedad que vivimos donde se espera que al casarse, uno inmediatamente tenga hijos. Esa expectativa de la sociedad, de la familia y de uno mismo tuvo impacto en mi psiquis, tan igual como todas esas mujeres que comparten su testimonio conmigo”, expuso.
Una laparotomía y tres laparoscopias fueron las intervenciones por las cuales Flores, oriunda de Coamo, tuvo que enfrentar durante la búsqueda de soluciones al dolor pélvico.
“Tomé también muchos medicamentos para la endometriosis, como las pastillas anticonceptivas y un sinnúmero de medicamentos, hasta tratamientos para la infertilidad. Se me removió un endometrioma (quiste proveniente del revestimiento del útero y ovarios) y me enfrenté con que ya no tenía un ovario y una trompa de falopio. Ya tenía mi fertilidad comprometida”, confesó.
Seis años después Flores cumplió su sueño de ser madre. Logró concebir una niña mediante técnicas de reproducción asistida.
La endometriosis llevó a Flores a utilizar sus laboratorios como el escenario investigativo contra la enfermedad. Desde el 2007, motivada por su propio diagnóstico, inició los primeros estudios en Puerto Rico para saber sobre la epidemiología real de la enfermedad y los síntomas que más afectaban a las mujeres puertorriqueñas.
“Había muy poca información sobre la endometriosis y hacía falta investigación en el área biomédica. Me di cuenta que contaba con la capacidad y las técnicas de laboratorio que se necesitaban para encontrar la causa de los síntomas de la enfermedad y entender la condición. Fue cuando decidí solicitar una subvención para iniciar los estudios”, formuló, quien tiene un historial familiar de endometriosis.
Los estudios de la doctora Flores ha evidenciado que una de cada 20 mujeres de Puerto Rico tiene endometriosis, que el 80% presentará dolor pélvico severo e incapacitante y 50% podrían tener infertilidad. Aunque, ha enfatizado que endometriosis no es sinónimo de infertilidad.
En total, 50 mil mujeres puertorriqueñas aproximadamente padecen de dicha inflamación uterina.
“En la parte genética hemos podido documentar que existen unas mutaciones genéticas en nuestra población asociadas al desarrollo de la condición. Hay unas áreas genéticas del cromosoma 10 que tiende más a verse en mujeres con endometriosis”, abundó.
Flores estudió microbiología industrial en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Mayagüez (RUM) y tiene un doctorado en Biología Molecular y Microbiología del estado de New Jersey. Actualmente es profesora del Departamento de Microbiología de la Ponce Health Science University (PHSU).