Diseñan riñones artificiales para estudiar la enfermedad poliquística renal

El uso de células madre y el avance de la tecnología respecto a la medicina ha permitido la creación de riñones artificiales que permitirán la investigación sobre las condiciones que los deterioran como la enfermedad poliquística renal.

Medicina y Salud Pública

    Diseñan riñones artificiales para estudiar la enfermedad poliquística renal

    La búsqueda de nuevas opciones de tratamiento y de comprensión de graves enfermedades que afectan el organismo, es el incentivo para que los investigadores y profesionales de la salud aprovechen los beneficios que aporta la tecnología en el difícil camino de la ciencia. Gracias a ello, se conoció la creación de riñones artificiales diseñados con el único propósito de analizar e indagar aún más sobre la enfermedad renal.

    Científicos de la Universidad de Washington (EE.UU.) diseñaron riñones artificiales en miniatura para analizar -en específico- la enfermedad poliquística renal (PKD), una condición que afecta a más de 12 millones alrededor del mundo. Según el lider de este proyecto, Benjamin Freedman en declaraciones “Necesitamos entender cómo funciona esta enfermedad. De lo contrario, no tenemos ninguna esperanza de curarla. Nuestra investigación sugiere que mirar el ambiente exterior del riñón puede ser la clave para esta cura

    Estos modelos artificiales, a diferencia de otros que ya se han dado a conocer, fueron desarrollados por Freedman Lab utilizando células madre de pacientes. Sin embargo, estas células no incrementan su tamaño a formas mucho mayores, por lo cual se obtienen riñones de un tamaño notablemente menor al del ser humano. A pesar de ello, sus reacciones biológicas no difieren en lo absoluto de los órganos 'naturales'.

    De esta manera, los estudiantes y profesionales de la salud podrán comprobar el funcionamiento y las respuestas de los riñones ante ciertos agentes externos como los fármacos que se utilizan para tratar la enfermedad poliquística renal.

    Hemos demostrado que estos organoides podrían formar quistes propios de PKD, pero lo que es nuevo aquí es que hemos utilizado el modelo para entender algo fundamental sobre esta enfermedad. Hemos descubierto que las proteínas de policitina, que están causando la enfermedad, son sensibles a su micro-ambiente. Por lo tanto, si podemos cambiar la forma en que interactúan o lo que están experimentando en el exterior de la célula, en realidad podríamos ser capaces de cambiar el curso de la enfermedad”, concluyó Freedman al presentar su adelanto científico.

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