Hasta el día de hoy, los especialistas en la enfermedad de Alzhéimer no han encontrado un tratamiento eficaz para la condición. Sin embargo, los estudios genéticos y sus descubrimientos abren nuevas posibilidades en la búsqueda de una cura.
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública La enfermedad de Alzhéimer, un trastorno neurodegenerativo que surge como consecuencia de la acumulación de amiloide y proteína TAU, la señal inequívoca de esta enfermedad, es un padecimiento que sufren cerca de 6 millones de estadounidenses. A pesar de los avances de la medicina y la ciencia desde el descubrimiento de la enfermedad, todavía no se cuenta con una cura que sane a los pacientes afectados o que al menos, evite la progresión de los síntomas -cuando se presentan de forma acelerada-. En este arduo camino científico, los análisis genéticos cobran una mayor relevancia en el estudio de este trastorno. El más reciente, llevado a cabo por un grupo internacional de investigadores entre ellos Brian Kunkle y Margaret Pericak-Vance, del Instituto de Genómica Humana John P. Hussman de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad of Miami ha sido publicado en la revista digital Nature Genetics'. Los científicos contaron con el apoyo del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) e información aportada por los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses. De acuerdo con la investigación, se ha descubierto un rol más agresivo e inicial de la proteína TAU en el desarrollo de la enfermedad, un dato que no se había considerado anteriormente. Como se explica en el artículo original, esto constituye una prueba real de que existen 'centros genéticos' -grupos de genes relacionados con mecanismos concretos como la inflamación o la respuesta inmune- que constituyen una parte fundamental en la manifestación de la enfermedad.
Esta investigación en colaboración continua sobre los fundamentos genéticos de la enfermedad de Alzheimer nos permite profundizar más en las complejidades de esta enfermedad devastadora", afirma a infosalus.com Richard J. Hodes, director de NIA. "El tamaño de este estudio proporciona claridad adicional sobre los genes que priorizar a medida que continuamos entendiendo mejor y buscando formas de tratar y prevenir el Alzheimer", añade.
Tener más y más muestras en los conjuntos de datos de GWAS es como agregar más y más píxeles a una fotografía: ayuda a los investigadores a ver detalles que de otra manera no verían y les ayuda a decidir dónde centrar más estudios", explica Marilyn Miller, director del programa Genética de la Enfermedad de Alzheimer en la División de Neurociencias de la NIA. "Si los genes solo aparecen en una de cada 10.000 personas, es necesario encontrar varias muestras que contengan esos genes para que los resultados sean estadísticamente significativos", concluye.