Aunque la aceleración en los latidos del corazón puede ser usual en momentos de mucha tensión o emoción, es importante levantar la bandera de alerta si ocurre con mucha frecuencia o por largos lapsos de tiempo.
Giovanny Vega De Lleguas
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Aunque la aceleración en los latidos del corazón puede ser usual en momentos de mucha tensión o emoción, es importante levantar la bandera de alerta si ocurre con mucha frecuencia o por largos lapsos de tiempo.
El exceso en los valores normales de los latidos por encima de las 100 pulsaciones por minuto es conocido como taquicardia. Como consecuencia, esta condición provoca que el corazón no bombee de forma eficiente la sangre al resto del cuerpo, llegando a dejar sin oxígeno suficiente algunos órganos y tejidos del cuerpo.
Cuando hablamos de taquicardia es un término sombrilla de muchos tipos y van de pacientes que no padecen nada o situaciones fisiológicas, a pacientes con enfermedades bastantes severas”, expresó el doctor Helder Hernández, electrofisiólogo, a la Revista de Medicina y Salud Pública.
De acuerdo con el galeno, la taquicardia sinusal es la más común entre las fisiológicas y se manifiesta por una aceleración en los latidos del corazón, alrededor de 100 pulsaciones por minuto. Es causada por ansiedad, estrés, consecuencia de ejercicios y la presencia de algún estresor en el cuerpo.
En el caso de la taquicardia sinusal el tratamiento es contra lo que la está causando, porque surge en respuesta a algo. Es decir, si el paciente tiene dolor, fiebre, la tiroides descontrolada o ansiedad, eso se trata y el pulso va a ir bajando”, explicó Hernández.
En cambio, la fibrilación auricular es la arritmia más común que surge como consecuencia de otra condición a nivel ambulatorio y de pacientes hospitalizados. Este tipo de taquicardia se manifiesta a través de cambios irregulares en el patrón del latido del paciente, que en su mayoría suelen ser ancianos.
Existen, además, las taquicardias supraventriculares, que pueden originarse por el mal funcionamiento en las cámaras superiores del corazón, conocidas como atrios y las taquicardias ventriculares, que ocurren por problemas en las cámaras inferiores del corazón, llamados ventrículos.
El proceso de tratamiento para las taquicardias ventriculares y supraventriculares comienza con medicamentos para bajar el pulso en el paciente. En el caso de que no responda a estos, se procede al proceso de la ablación, que involucra directamente a los electrofisiólogos.
La taquicardia supraventricular es bien curativa a través de una ablación en sobre un 95% de los pacientes. Es un procedimiento a través de catéteres donde vamos directamente al área de la taquicardia y aplicamos radiofrecuencia o crioablación”, afirmó el especialista.
Sin embargo, según Hernández, las taquicardias ventriculares “son más difíciles de tratar”. La tasa de éxito de la ablación en pacientes con esta afección y sin enfermedad cardiaca previa asciende a un 80 por ciento. Pero, en pacientes con enfermedad cardiaca previa, la tasa de éxito fluctúa el 50 y 60 por ciento.
Mientras más jóvenes los pacientes y menos condiciones cardiacas tengan, la tasa de éxito de la ablación asciende de acuerdo con el tipo de taquicardia”, concluyó Hernández.
Algunos de los síntomas que puede presentar una afección son mareos, dificultad a la hora de respirar, pulso rápido, dolor en el pecho y desmayo.