El estudio «The narratives of fertility clinics websites in Spain», de un equipo de investigadores de los Estudios de Ciencias de la Información y Comunicación de la UOC, demuestra que la información proporcionada por algunas clínicas de fertilidad se basa en un modelo comercial, que sigue la lógica del marketing y que no prioriza la información objetiva para que la mujer tome una decisión armonizada con su situación ante el dilema de congelar sus óvulos.
El estudio «The narratives of fertility clinics websites in Spain», de un equipo de investigadores de los Estudios de Ciencias de la Información y Comunicación de la UOC, demuestra que la información proporcionada por algunas clínicas de fertilidad se basa en un modelo comercial, que sigue la lógica del marketing y que no prioriza la información objetiva para que la mujer tome una decisión armonizada con su situación ante el dilema de congelar sus óvulos.
Las webs son una de las principales vías para captar clientas y, según denuncia la investigadora Leila Mohammadi, presentan la congelación de óvulos como «el único avance tecnológico que permite solucionar el dilema del retraso de la maternidad, como una opción de libertad ante otras alternativas». La investigadora insiste en que este es un planteamiento reduccionista, ya que el retraso de la maternidad y la disminución del número de hijos deben abordarse como un problema social. En España, las mujeres tienen 1,2 hijos de media y dan a luz al primer niño con 32,5 años de edad mientras que en 2005 la media de edad se situaba en los 30 años (Eurostat 2018; INE 2017).
Mohammadi reconoce que uno de los motivos que la ha llevado a ahondar en este tema es la preocupación por la mercantilización de la maternidad causada por problemas estructurales sociales. Junto con los investigadores del grupo Daniel Aranda y Silvia Martínez-Martínez, ha analizado 19 webs de centros de fertilidad de un total de 100 seleccionados mediante un buscador especializado en centros de salud y Google.
Del análisis de la estructura y los mensajes de los webs se desprende, según los investigadores, la voluntad de «crear una conexión entre la tecnología que permite congelar óvulos y los obstáculos sociales que encuentran las mujeres en la sociedad actual de consumo neoliberal», de manera que la solución perfecta parece ser retrasar la maternidad congelando óvulos. Para acuñar la idea se repiten conceptos como«preservación de la fertilidad», «tenerlo todo», «retrasar la maternidad por razones sociales», «ser madre cuando lo desees» y «tasa de éxito». Para reforzar la percepción de profesionalidad de la clínica y el servicio se recurre a mencionar la calidad de los equipos o fórmulas como «los mejores expertos», «excelentes índices de éxito», «tasas competitivas» o «experiencia previa de la clínica». «Las garantías y también testimonios como artículos, entrevistas y comentarios confirman la naturaleza comercial de estos contenidos», añade la experta.
La información que se exhibe como gancho, lamentan los investigadores, «no tiene fuentes científicas y, en lugar de proporcionar la información necesaria para clientes potenciales, está formulada para atraer a las mujeres a comprar los servicios que ofrecen».
Un ejemplo claro es el referente a la tasa de éxito del proceso. Todos los webs consultados presentan una tasa de éxito alta y la convierten en un elemento objetivo, pero no se detalla cómo se calcula ni se recoge el complejo proceso que implica la congelación de óvulos. «Los mensajes que vemos en los webs se definen con el objetivo de persuadir a las mujeres sin ofrecer datos científicos», resume la investigadora. Por ello, Mohammadi advierte que la información que presentan las clínicas no es suficiente para tomar la decisión correcta en un tema tan delicado y que, además, «este tipo de mensaje puede llevar al engaño de la mujer en el proceso de toma de decisiones».
Por último, Mohammadi lanza una reflexión: «Poner el acento en un proceso como este traslada toda la responsabilidad sobre los individuos y especialmente en la mujer. La maternidad es una responsabilidad no solo individual sino colectiva, y los desafíos sociales relacionados con ella deben resolverse con soluciones sociales e introduciendo cambios en el mercado laboral, en los servicios públicos y en la concepción de la institución familiar».