Bogotá es la ciudad que más casos de microtia ha reportado en el mundo entero. Se trata de una malformación congénita que consiste en tener la oreja mucho más pequeña de lo normal o no tener oreja.
Lorena Ramirez
Agencia de Noticias de Medicina y Salud Pública
Bogotá es la ciudad que más casos de microtia ha reportado en el mundo entero. Se trata de una malformación congénita que consiste en tener la oreja mucho más pequeña de lo normal o no tener oreja.
Este descubrimiento ha sido sustentado tras una ardua investigación que lleva alrededor de 10 años y que aún sigue vigente, realizada por el Instituto de Genética Humana de la Pontificia Universidad Javeriana.
“Encontramos que, en comparación con el resto del mundo, Bogotá tiene la mayor cantidad de casos de niños con microtia. Por ello, desde hace unos 10 años venimos haciendo trabajos para tratar de encontrar cuál es la razón por la cual eso sucede”,
afirmó el doctor Ignacio Zarante, médico genetista del Instituto de Genética Humana de la Pontificia Universidad Javeriana en entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP).
Para llegar a este hallazgo el Instituto de Genética Humana creó alianzas estratégicas con dos grupos internacionales muy importantes en el tema de malformaciones congénitas: el International Clearinghouse for Birth Defects, quienes se encargan de agrupar todos los registros de vigilancia de defectos congénitos. Por otro lado se encuentra el grupo latinoamericano ECLAMC, que constituye el Estudio Colaborativo Latino Americano de Malformaciones Congénitas.
Estas dos alianzas han permitido que los datos puedan ser filtrados y canalizados de la mejor manera para evaluar la incidencia de esta malformación en diferentes partes del mundo.
Este proceso se lleva a cabo con un trabajo de investigación llamado caso-control, que se realiza día con día y permite detectar a todos los niños que nacen con malformaciones. De esta manera se determinarán los factores en aquellos niños con malformaciones con estos defectos congénitos ante los que no tienen dichas malformaciones.
Frente a este hallazgo la Secretaría de Salud de Bogotá tomó la decisión de trabajar de la mano con el Instituto de Genética Humana para poder implementar procesos y políticas públicas que ayuden a las personas con estas condiciones médicas.
“La Secretaría de Salud se interesó en el tema, porque esto tiene algo que es impactante y es que cuando la salud pública de un país mejora, logramos disminuir las muertes por infecciones. Entonces los niños ya no se mueren por desnutrición, infecciones respiratorias e infecciones gastrointestinales, sino que empiezan a morirse en primer lugar por defectos congénitos”,
explicó el doctor Zarante.
Tanto el Instituto de Genética como la Secretaría de Salud no tienen todas las herramientas para seguir investigando y actuando. Por ello son conscientes que cada uno debe cumplir un rol fundamental; en este caso, para el Instituto es llevar a cabo la investigación y hacer seguimiento; y el de la Secretaría, capturar la información y darle la regencia que merece.
Además de los aliados anteriormente mencionados para investigar más a fondo sobre esta malformación congénita, el Instituto de Genética Humana realizó también una alianza con la Universidad de Washington y -desde hace cinco años- se encuentran haciendo un trabajo conjunto para encontrar familias que quieran ayudar con el estudio.
Actualmente los investigadores buscan evaluar cuáles son las causas genéticas de la microtia e intentar ayudar a estos pacientes con el fin de que puedan solucionar sus dificultades auditivas, que son las más importantes y posteriormente los problemas estéticos.
“La idea con este gran estudio es prevenir los defectos congénitos como la microtia, tratar de disminuir la mortalidad y, si nacen niños con esta malformación, intentar prevenir la discapacidad que puede producir esta patología. Además, hacer campañas de prevención y educación de toda la población”,
declaró el galeno.
Por último los investigadores hacen gran hincapié en una estrategia que para ellos resultaría ser la más efectiva y económica para prevenir estas malformaciones, que consiste en planear los embarazos, para garantizar que los niños tengan buena salud e inclusive proteger las mamás, es decir menos mortalidad materna y menos mortalidad infantil.