La salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental .
La salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental incluido el de la salud, que define de la siguiente forma la OMS: es un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Está relacionada con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos.
En exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) en el foro internacional por la salud mental; Heidy Arévalo, especialista en crianza con ternura y trabajadora social; el especialista hondureño Rafael Mejía, psicólogo clínico, especialista en familia de la Instituto Hondureña de Salud Mental y la puertorriqueña Suzanne Roing Fuentes, especialista en adicciones y alcoholismo, hablan sobre los trastornos de salud mental que se han desatado en niños y adultos durante el confinamiento ocasionado por la COVID-19.
Con la llegada de las diferentes cuarentenas en el mundo, se vieron cambios radicales, que no solo afectaron el sector económico, cultural, salud y social, pues muchas personas en confinamiento empezaron a notar cambios tanto en su estado de ánimo ya sea por el estrés que trajo la pandemia, la incertidumbre de si tendrá el trabajo o simplemente el encierro les generaba una ansiedad que no habían desarrollado antes.
Heydi Arévalo, trabajadora social colombiana explica “nuestra política de salud mental en nuestro país incluye tres tipos de eventos que tienen que ver con la salud mental, los problemas, los eventos y los trastornos, la pandemia como tal ha desencadenado crisis extrema en los pacientes ya sea por condiciones genéticas o sociales hace que en el confinamiento detonen estos trastornos”.
En términos genéricos, el aislamiento afecta a prácticamente todas las personas por lo comentado respecto a los factores que generan la crisis mental, razón por la cual ,el equilibrio se logra en personas con bases fuertes en este aspecto.
El psicólogo hondureño Rafael Mejía concuerda “en algunas encuestas se evidenció que en la Universidad Nacional de Honduras somos 6.500 empleados que tiene 90.0000 estudiantes y 6 de cada 10 estudiantes tenían problemas de nutrición entre la obesidad y desnutrición, con la llegada de la pandemia estuvo afectando más este tipo de trastorno. Ha afectado a toda la dinámica familiar, tanto a los niños, los adolescentes en su etapa y también a los adultos todos estos ingredientes la COVID-19, el confinamiento, etc. hace que el ser humano se vaya cargando y empiece a sentir sintomatologías de salud mental, también de estados de ánimo, tendrá otros trastornos como la bipolaridad, pero hay otros trastornos como los trastornos de ansiedad, los ataques de pánico, estrés agudo, el trastorno obsesivo compulsivo”.
Se entiende entonces, que la debilidad en la salud mental hace una crisis mayor si se tiene en cuenta los demás ingredientes enunciados por el Doctor Mejía como son la desnutrición y la obesidad.
La especialista Suzanne Roing complementa diciendo “los trastornos de ansiedad han empeorado en Puerto Rico, pues diferentes eventos que han ocurrido no solo la pandemia ha hecho que estos pacientes tengan peores episodios, los mismos pacientes buscan ayuda para tener atención más continua, con ajustes en la medicación, también ha incrementado nuevos pacientes con trastornos de ansiedad. Estos eventos más que todo la COVID-19 han requerido cambios abruptos en nuestras rutinas y cambios que son inmediatos, lo que han limitado nuestra capacidad de acción y por esto se da una ruptura que requiere adaptación y no todo el mundo tiene la capacidad de hacerlo y afectará el estado mental de los ciudadanos sin importar la edad o su estatus social”.
La actual pandemia ha causado que en miles de hogares se adopte la cuarentena y el aislamiento como la nueva normalidad. Una situación que conlleva preocupantes repercusiones en la salud mental y emocional, que prende las alarmas de World Vision frente al bienestar de la niñez.
La experta Heidy Arévalo dice “hay unos detonantes que inciden en la salud mental y nosotros tenemos un modelo que se llama crianza con ternura y asumimos que las emociones no solo son psicológicas sino social y políticas. Entonces, cómo opera el miedo, la violencia o los cambios en cómo los niños y niñas se relacionan entre sí, cómo se van agrediendo, cómo van formando estereotipos, los niños aprenden todo esto que vienen desde casa, por lo que cuando un niño es violento en cosas como el juego, tenemos que estar atentos, ya que todo lo que el niño hace es un reflejo de su familia y lo irradia en el ámbito social”.
Es claro que la sociedad en la que se desenvuelve la comunidad, está afectada por todos estos elementos sociales, que además afectan el desarrollo familiar, de trabajo y cultural en general.
El doctor Mejía agrega “los niños ahora pueden estar dándonos señales de alerta hay dos tipos de comportamientos que pueden tener los niños un 'acting out' que es cuando arañan, gritan y es una expresividad a lo exterior lo que significa, que lo hace para llamar la atención y esta el 'acting in' que son los niños que no comunican mucho porque tienen tan baja autoestima o son tan inseguros que tiene a reprimir sus emociones, en este tiempo tenemos que estar pendiente de los trastornos de desarrollos como los hábitos e impulsos, por ejemplo, los niños que se comían las uñas de chicos y lo habían dejado, pero vuelven a comerse las uñas o cuando dormían pequeños con los padres y dejaron de hacerlo pero en esta temporada volvieron, es importante ver esos cambios, ya que puede ser una advertencia que el niño esté sufriendo de algún trastorno”.
Se puede entender que en los adultos algunas manifestaciones pueden ser el resultado de actos reprimidos desde la niñez y que a raíz de los actuales acontecimientos pueden aparecer nuevamente, como lo indica el Dr. Mejía
La especialista en adicciones y alcoholismo concluye “toca reinventarnos con los niños y adolescentes en la pandemia, trabajos con los sistemas públicos y privados para apoyar a los niños y con todo tipo de prevención, no solo de niños sino de padres y maestros, para apoyarlos en su manera de enseñar, de aprender y de llevar a sus hijos”.
Los especialistas finalizan diciendo que es importante tener una buena comunicación y ayudar a los hijos, de forma que todos salgan beneficiados pues la pandemia aún no tiene fin y de esta manera tendrán que acoplarse a las nuevas medidas, así no solo niños sino todo el grupo familiar podrá ayudar a no tener que pasar por algún trastorno de ansiedad en esta época.