Científicos del CIBERES demuestran que la edad avanzada es un factor de protección frente al rápido desarrollo tumoral inducido por esta alteración respiratoria del sueño.
Científicos del CIBERES demuestran que la edad avanzada es un factor de protección frente al rápido desarrollo tumoral inducido por esta alteración respiratoria del sueño.
El síndrome de apnea obstructiva del sueño es una enfermedad crónica que representa un importante problema de salud mundial y que afecta al 10% aproximadamente de la población adulta.
Dado el interés surgido en los últimos años en el estudio de la posible relación entre la apnea obstructiva del sueño y su más inmediata consecuencia, la hipoxia intermitente, con la aparición de tumores, investigadores del CIBERES pertenecientes a los grupos de Ramon Farré (Universidad de Barcelona) y de Josep María Montserrat (Universidad de Barcelona i Hospital Clínico de Barcelona) han publicado un trabajo en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine sobre los posibles efectos de esta apnea en el cáncer.
El trabajo realizado en ratones jóvenes –edad equivalente a adolescentes en humanos– y viejos –equivalente a pacientes de más de 65 años– muestra cómo la falta de oxígeno durante el sueño (hipoxia) acelera el crecimiento tumoral solo en los más jóvenes.
Los investigadores, liderados por Isaac Almendros, profesor de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud (Campus Clínic UB) y miembro del IDIBAPS, han relacionado estos resultados con una diferente respuesta inmunitaria a la hipoxia intermitente en los macrófagos asociados al tumor y en los linfocitos reguladores.
Cabe resaltar la importancia de la investigación con animales con una edad equivalente a la de los pacientes con enfermedades crónicas respiratorias como es el caso de la apnea obstructiva del sueño”, incide Almendros. “Nuestro reto es identificar y demostrar las consecuencias fisiopatológicas de la apnea del sueño y contribuir al desarrollo de la medicina personalizada para su manejo integral”, añade.
En el trabajo también han participado expertos del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), el Hospital Universitario y Politécnico la Fe (Valencia), Hospital Virgen de Valme (Sevilla) y la Universidad de Chicago (Estados Unidos), entre otras instituciones.