El brote de ébola que desde agosto de 2018 asola el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) suma ya más de 2.000 muertos y de 3.000 contagios, en una epidemia que no remite y ha saltado con varios casos a la vecina Uganda.
En un comunicado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a sus socios implicados en la respuesta al brote a "incrementar su presencia sobre el terreno para frenar el ébola y atajar una de las crisis humanitarias más grandes y complejas del mundo".
A la fecha, 2.006 personas han muerto a causa de esta enfermedad (1.901 de ellas confirmadas en laboratorio) de un total de 3.004 contagios (2.899 positivos), según informó hoy el Comité Multisectorial de Respuesta al Ébola (CMRE), organismo oficial de RDC que coordina la lucha contra la enfermedad.
Este brote es el más letal de la historia de RDC y el segundo del mundo por muertes y casos, tras la epidemia en África Occidental de 2014.
Una de las últimas víctimas mortales es una niña congoleña de 9 años fallecida esta mañana en Uganda - adonde había viajado acompañada de su madre -, lo que una vez más ha levantado temores sobre la posibilidad de que este virus se extienda a países limítrofes, según el informe publicado en EFE.
"Hacemos un llamamiento a la gente para que permanezca en calma y vigilante e informe (sobre) cualquier caso sospechoso al centro de salud más cercano", subrayó la secretaria de Estado de Sanidad ugandesa, Joyce Moriko, tras confirmarse este caso, pese a anunciar que la niña no tuvo contacto con ninguna persona dentro de Uganda.
Además, otros dos nuevos casos han dado positivo en la provincia congoleña de Kivu del Sur (este del país), donde el ébola llegó por primera vez el pasado 16 de agosto a la zona de Mwenga, que ya acumula un total de seis contagios.
"Estas personas son familiares de uno de los casos recientes. Aunque esto indica dos generaciones de transmisión local dentro de Mwenga, los nuevos casos son individuos que estaban bajo vigilancia y que pudieron recibir atención rápidamente", detalló este jueves la OMS en un comunicado.
Kivu del Sur constituye la tercera provincia congoleña afectada por esta epidemia, que hasta entonces permanecía confinada en las provincias nororientales de Kivu del Norte e Ituri -a más de 700 kilómetros de distancia- y donde fue declarada el 1 de agosto de 2018.
A mediados de este mes, asimismo, se detectó un primer caso de ébola en la remota localidad de Pinga, sin vínculos epidemiológicos aparentes con otros casos y sin que esta persona hubiera viajado recientemente a áreas ya afectadas.
Este contagio, pese a situarse también en la provincia de Kivu del Norte, ha supuesto un desafío adicional para los equipos de respuesta, según la OMS, en términos de lejanía, malas telecomunicaciones, riesgos de seguridad y rechazo social.
Pese a estas circunstancias, el asistente del coordinador general de la respuesta contra el brote de ébola, Jean-Jacques Muyembe, aseguró hoy a Efe que la situación permanece bajo control y, al igual que la OMS, solicitó mayor movilización en la respuesta tanto al Gobierno de la RDC como a la comunidad internacional.
"De momento no hay razón para que la población se alarme, estos no son números que deberían dar miedo. Estamos trabajando en ello y (el futuro) promete", dijo por teléfono el profesor Yves Ahuka, ayudante de Muyembe.
El secretario general de la ONU, António Guterres, viajará mañana a Beni, ciudad de Kivu del Norte y epicentro de este brote, con el fin de resaltar los esfuerzos realizados por la comunidad internacional.
Se trata de la primera epidemia de ébola localizada en una zona en conflicto, el noreste del Congo, donde actúan más de un centenar de milicias y la población desplazada supera el millón de personas.
Más de más de 207.550 personas han sido vacunadas contra este virus en la RDC, junto a los trabajadores sanitarios de primera línea que operan en las áreas limítrofes en Uganda, Sudán del Sur, Ruanda y Burundi.
De hecho, el pasado 12 de agosto, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas del Instituto de Salud de EEUU (NHI, por sus siglas en inglés) anunció que dos tratamientos experimentales empleados contra esta epidemia desde noviembre (los fármacos mAb114 y REGN-EB3) habían demostrado una tasa de supervivencia cercana al 90 % si el enfermo es rápidamente identificado.
Es importante destacar que, a la fecha, 902 personas se han curado de esta enfermedad, según el último boletín oficial del CMRE.
El brote más devastador de ébola a nivel global, declarado en Guinea-Conakri en marzo de 2014, se extendió a las vecinas Sierra Leona y Liberia causando más de 11.000 muertos y 28.500 infectados en dos años (OMS).
El virus del Ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y posee una tasa de mortalidad promedio cercana al 70 %.