Accesibilidad y distribución, un reto para la administración de la posible vacuna contra la COVID-19

Como ya se sabe se espera la aprobación de los diversos fármacos de las farmacéuticas Pfizer y Moderna que cuentan con un grupo de vacunas en última fase.

Medicina y Salud Pública

    Accesibilidad y distribución, un reto para la administración de la posible vacuna contra la COVID-19

    Eduardo Najar
    Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública

    Como ya se sabe se espera la aprobación de los diversos fármacos de las farmacéuticas Pfizer y Moderna que cuentan con un grupo de vacunas en última fase

    Existen dos vacunas que en la última semana han demostrado que su eficacia y seguridad son de garantía para una administración, es por eso que, tanto Pfizer como Moderna esperan que la Administración de Medicamentos Alimentos (FDA) apruebe estos fármacos para que se registre un alto en la ola de contagios que prevalece actualmente alrededor del mundo.

    En entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) el doctor José Rodríguez Orengo, director del Puerto Rico Public Health Trust, explica cómo se han fabricado las dos vacunas que llevan la delantera en funcionalidad, la conservación que se necesita para que no se pierdan aquellos elementos importantes en la inmunización y los diversos retos que deben pasar los diversos gobiernos respecto a la accesibilidad del medicamento.

    “La vacuna de Pfizer es similar a la de Moderna, como ya se sabe se espera que haya una valoración de la FDA para su administración y uso. La vacuna de Pfizer en particular es un fármaco primerizo donde se usaron partes del ARN, cuyo compuesto se inyecta y se busca que aquellos pistilos característicos del coronavirus pueden verse asociados con la inmunización directa del genoma, creando partículas de pistilos y se engaña al cuerpo, pues éste cree que está siendo infectado y crea anticuerpos para prevenir el contagio del SARS-CoV-2, esta es la primera vez que se realiza una vacuna con este método” sostuvo el doctor.

    Distribución y accesibilidad

    Los diversos gobiernos y territorios alrededor del mundo deben de plantear estrategias y métodos para que aquellas personas o población más vulnerables con el fin de que puedan tener acceso a la vacunación contra el nuevo coronavirus, pues es la garantía de la salud pública deba asumirse por parte de cada estado.

    “La logística es fundamental y es interesante distinguir que una cosa es la ciencia y la investigación  y otra muy diferente es que llegue a todos pues estamos hablando de billones de personas, el fármaco debe ser distribuido por cada país y rincón del mundo. La relación política es importante para esta gestión” dijo el director.

    Elaboración de las vacunas y su diferenciación

    La elaboración de cada uno de los fármacos para combatir el nuevo coronavirus tiene perspectivas de elaboración así cómo estimulación y funciones diferentes, mientras que una está enfocada en el material genético y su relación con la inmunización la otra profundiza directamente en la interacción y reacción por medio de una partícula del nuevo patógeno.

    “Básicamente en la vacuna de Moderna y Pfizer se usa la parte molecular para crear proteínas que estimulan el sistema inmunológico, mientras que el fármaco de Astrazeneca se toma la muestra de un primate y se toma una partícula del virus y se inyecta en el individuo para que el organismo cree inmunidad y evitar una recurrencia o contagio doble” explicó el especialista.

    Refrigeración, un elemento primordial

    Para que las diversas vacunas conserven aquellos elementos que se necesitan para una efectividad, es importante que se cuente con aquellas herramientas que puedan garantizar una conservación adecuada, pues algunos fármacos requieren de bajas temperaturas para su transporte y resguardo, un factor que se debe tomar en cuenta para una posible accesibilidad.

    “En particular para las poblaciones vulnerables y los países en desarrollo que no tienen la capacidad de almacenar este tipo de productos a bajas temperaturas es algo inquietante. La vacuna de Pfizer tiene que tener -70°C y hay pocos lugares e instrumentos que puedan garantizar esta temperatura, por ejemplo en Puerto Rico algunas instituciones educativas o salubristas cuentan con esto, pero es escaso, lo que más preocupa es la movilidad y distribución adecuada de las vacunas” profundizó el médico.

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