Estudio documentó cómo el consumo prolongado de omeprazol desencadenó un déficit severo de magnesio en una paciente, provocando vértigo, nistagmo e inestabilidad.
Un equipo de neurólogos alemanes ha alertado sobre una complicación poco conocida pero potencialmente grave del omeprazol, uno de los medicamentos más utilizados mundialmente para tratar la acidez y el reflujo gastroesofágico.
El caso clínico, publicado en la revista BMC Neurology, describe cómo una mujer de 68 años desarrolló un severo síndrome cerebeloso debido a un déficit de magnesio causado por el consumo prolongado de este inhibidor de la bomba de protones.
La paciente llegó al hospital con un cuadro preocupante: Alteración progresiva de su equilibrio, vértigo constante, náuseas persistentes y nistagmo (movimientos involuntarios de los ojos).
Los médicos realizaron exhaustivos estudios de imagen cerebral, pero no encontraron anomalías estructurales. Tampoco se detectaron tumores, infecciones o procesos autoinmunes que pudieran explicar los síntomas.
La clave del diagnóstico surgió cuando los análisis de laboratorio revelaron niveles de magnesio significativamente por debajo de los valores normales, acompañados de una hipopotasemia que no respondía al tratamiento convencional.
Los investigadores determinaron que el déficit de magnesio se debía al uso diario y prolongado de omeprazol por parte de la paciente. Esta situación se vio agravada por un episodio reciente de diarrea y vómitos causados por una infección intestinal, que aceleró la pérdida de electrolitos.
El omeprazol pertenece a la familia de los inhibidores de la bomba de protones (IBP), medicamentos ampliamente prescritos para reducir la producción de ácido gástrico.
Sin embargo, este mecanismo de acción puede interferir con la absorción intestinal de magnesio cuando se utiliza durante períodos prolongados.
Los autores del estudio concluyen que los déficits de magnesio asociados al uso de IBP como el omeprazol están infra diagnosticados en la práctica clínica habitual. Esta falta de reconocimiento puede llevar a complicaciones neurológicas severas que podrían evitarse con una detección temprana.
El tratamiento resultó efectivo una vez identificada la causa. La interrupción del omeprazol, combinada con la administración de magnesio por vía intravenosa y posteriormente oral, logró una mejoría rápida y notable de los síntomas neurológicos.
No obstante, la paciente conservó un leve temblor de intención y cierta inestabilidad residual. En el seguimiento realizado ocho meses después, mantenía una calidad de vida aceptable con suplementación continua de magnesio, pero los niveles volvieron a descender cuando reanudó el tratamiento con omeprazol.
Los especialistas aconsejan que, ante la presencia de síntomas cerebelosos en pacientes, se consideren factores de riesgo específicos como:
Consumo prolongado de omeprazol u otros IBP
Episodios de diarrea reciente
Antecedentes de alcoholismo
Presencia de arritmias cardíacas
En estos casos, recomiendan realizar un análisis detallado de electrolitos, particularmente de los niveles de magnesio.
La retirada del fármaco causante y la reposición adecuada de magnesio son medidas fundamentales para mejorar el pronóstico y prevenir complicaciones a largo plazo.