Determinar las causas patológicas y establecer un tratamiento, que permita normalizar las concentraciones séricas de prolactina restaurando la función gonadal y la fertilidad.
La prolactina, liberada por las células lactotropas de la hipófisis anterior estimula la lactancia en las mujeres, pero a su vez la dopamina que se transporta a través de los vasos portales hipofisarios desde el hipotálamo hasta la hipófisis anterior, inhibe la secreción de prolactina a través de los receptores D2 expresados por las células lactotropas.
La interrupción de la secreción de dopamina a los vasos portales puede provocar hiperprolactinemia, y por otro, la hipersecreción de prolactina causa hipogonadismo secundario a través de efectos inhibitorios sobre la GnRH y las gonadotropinas hipofisarias.
En el caso de las mujeres, la hiperprolactinemia suele presentarse con galactorrea, irregularidad menstrual e infertilidad. La galactorrea es menos frecuente en mujeres posmenopáusicas, en las que existe una reducción del tejido glandular mamario provocada por la falta de estrógenos.
Los hombres pueden presentar síntomas de hipogonadismo secundario, como reducción de la libido, impotencia e infertilidad.
Causas de la hiperprolactinemia
Embarazo y lactancia
Estimulación del pezón, incluida la lesión de la pared torácica (p. ej., herpes zóster)
Estrés
Venopunción
Hipoglucemia
Ejercicio
Cirugía
Trauma
Relaciones sexuales
Enfermedad hipotálamo-hipofisaria
Secreción por tumor (p. ej., prolactinoma)
Compresión del tallo hipofisario que impide el transporte de dopamina a las células lactotropas
Síndrome de Ovario poliquístico
Hipotiroidismo primario
Falla renal crónica
Cirrosis
Sin embargo, los hombres y las mujeres posmenopáusicas también suelen presentar signos de compresión tumoral, como dolor de cabeza o afectación visual. La hiperprolactinemia crónica con hipogonadismo secundario puede conducir a una reducción de la densidad mineral ósea.
El objetivo del tratamiento en los prolactinomas es normalizar las concentraciones séricas de prolactina, restaurando así la función gonadal y la fertilidad. En los macroprolactinomas, el objetivo adicional es la reducción del tumor.
Opciones farmacológicas: son tres principalmente.
• Bromocriptina, su vida media relativamente corta requiere una dosificación de 2 a 3 veces al día, y los efectos adversos incluyen náuseas e hipotensión postural.
• Cabergolina, es superior a la bromocriptina para controlar la hiperprolactinemia y restaurar la función gonadal, y se tolera mejor.
• Quinagolida, agonista dopaminérgico no derivado del cornezuelo del centeno. Los datos sobre su eficacia vs. cabergolina son limitados.
Fuente consultada aquí.