La vacuna sigue siendo la mejor forma de evitar la covid grave: los inmunizados tienen 29 veces menos riesgo de hospitalización que los que aún no se han pinchado
Como dominante la variante delta del coronavirus ha demostrado, a través de las estadísticas, que las vacunas están perdiendo algo de eficacia pasados ocho meses o más, situación que preocupa a la comunidad científica y médica a nivel mundial.
Sin embargo, análisis detallado de los datos deja claro que estas vacunas son claves para la lucha contra la pandemia, ya que siguen evitando que los ciudadanos ingresen en el hospital con covid y que puedan morir por ello.
Los expertos explican que hay varias razones para seguir confiando en las vacunas, y en primer lugar señala que es importante diferenciar entre eficacia y efectividad.
“Los ensayos clínicos controlados de las inyecciones tenían como objetivo primario evitar la infección con o sin síntomas. Con ese listón, las vacunas pueden estar perdiendo algo de eficacia, pero mantienen su efectividad, que es la medida de su impacto positivo en el mundo real. Esta ha sido brutal, pues han evitado la inmensa mayoría de casos graves y muertes”, sugiere Jeffrey Morris, experto en bioestadística de la Universidad de Pensilvania (EE UU).
En el Reino Unido, EE UU y otros países también se han detectado indicios de que las vacunas parecen estar perdiendo poco a poco la eficacia contra la infección. En muchos casos esta es asintomática, pero también hay personas que registran algún síntoma. “Pero ninguno de estos países ha visto merma de la efectividad de las vacunas contra hospitalizaciones y muertes. Las vacunas siguen salvando vidas”, indicó Morris.
Según un trabajo reciente del Centro para el Control de Enfermedades en EE UU, el nivel de protección contra el ingreso por covid antes de la llegada de la delta era del 86% y, tras su aparición, del 84%, una diferencia que no es significativa desde el punto estadístico.
“Más importante aún: la protección es del 90% en personas sin enfermedades previas y llega al 63% incluso en aquellos más expuestos al virus a pesar de las vacunas, que son las personas inmunodeprimidas cuyos sistemas inmunes no funcionan correctamente por enfermedades congénitas o tratamientos para trasplantes o cáncer, entre otros”, indicaron los funcionarios.
Otro estudio reciente demuestra la efectividad de las vacunas: en el Reino Unido se analizó la cantidad de PCR positivas en más de 700.000 personas antes y después de la llegada de la delta. La incidencia de infecciones graves que requerían hospitalización fue tan baja que el trabajo no vio ningún cambio en la efectividad de las vacunas contra la covid grave y la muerte por esta causa.
En un mundo con un número de inyecciones limitadas en el que la mayoría del planeta aún no ha recibido ni una dosis, ¿tiene más sentido evitar unos pocos casos adicionales dentro de las fronteras o garantizar que la mayoría del mundo recibe al menos una pauta completa?
“Claramente la prioridad es darle dos dosis a todo el mundo porque evitará muchas más infecciones graves y muertes que darle una tercera dosis a los ya vacunados”, opina Morris. Esta es también la postura de la Organización Mundial de la Salud.
Sea como sea, la tasa de infecciones en vacunados parece bajísima. En EE UU es de entre 0,01% y 0,54%, según un recuento de la Fundación Kaiser publicado a finales de julio.
El porcentaje de hospitalización o muerte es de 0,06% y 0,01%, respectivamente, y eso en el peor de los casos, pues en varios Estados el porcentaje es 0,00%. La incidencia de hospitalizados vacunados en EE UU es similar a la registrada en Israel (0,02%). En este país, los últimos datos muestran que los casos de infección entre vacunados ha comenzado a disminuir, según la información divulgada por los organismos de salud.
La tasa de infecciones graves entre vacunados está en torno al 0,02%
“Nuestro estudio es el mayor que se ha hecho en todo el mundo analizando contagios de forma aleatoria en la población general”, explica a este diario Koen Pouwels, investigador de la Universidad de Oxford y coautor del estudio.
“Los datos muestran que es importante seguir comprobando la efectividad de las vacunas contra la covid grave, pero por ahora parece que es muy buena”, añade.
Entre tanto, el epidemiólogo Miguel Hernán, asesor del Gobierno Español durante la pandemia, explica otro de los factores que complican entender qué está pasando exactamente con la delta.
“Puesto que vacunamos primero a los mayores, es posible que la mayor reducción de efectividad que ahora parece existir en este grupo se deba a que llevan más tiempo vacunados, no a que la edad aumenta la reducción de efectividad”, explica.
“Necesitamos estudios específicos de efectividad de la tercera dosis y eso es precisamente lo que nuestro grupo y otros estamos haciendo en Israel”, añade.
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