Cifras de entidades salubristas revelan que en el mundo ya hay más de 15 millones de casos del virus causado por el Sars-CoV- 2.
Como la experiencia lo ha evidenciado, aumentar el número de pruebas es uno de los métodos más efectivos para conocer la incidencia del COVID-19 y así tomar medidas para controlarlo. Sin embargo, el incremento de las pruebas diagnósticas para el nuevo coronavirus en Estados Unidos ha hecho que se extiendan significativamente los resultados y por ende haya incidencias de otras índoles.
El gigante norteamericano tiene casi cuatro millones de casos del nuevo coronavirus y la demora en los diagnósticos ha causado serios problemas en diferentes ámbitos. Los trabajadores no pueden salir a ejercer sus funciones por temor a propagar el virus y los laboratorios donde realizan las pruebas tienen grandes y pesadas cargas de trabajo.
Algunos laboratorios están tardando semanas en entregar los resultados de las pruebas de COVID-19, exacerbando los temores de que las personas asintomáticas puedan estar propagando el virus si no se ponen en cuarentena mientras esperan.
“Ha habido esta obsesión de: ‘¿cuántas pruebas estamos haciendo al día? (...) La pregunta es cuántas pruebas se están haciendo con resultados entregados en un día, para que el individuo al que se le hizo el examen sea aislado rápidamente y se advierta con prontitud a las personas con las que tuvo contacto”, dijo el doctor Tim Frieden, exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDS por sus siglas en inglés).
Cifras de entidades salubristas revelan que en el mundo ya hay más de 15 millones de casos del virus causado por el Sars-CoV- 2. Según un artículo de El Nuevo Día, Estados Unidos es el primero a nivel global en casos y fallecimientos, estos últimos más de 142,000 a nivel nacional. Nueva York, que registraba la cifra más alta de infecciones en el país, fue rebasado por California, aunque eso se debe en parte a la amplia realización de pruebas en un estado cuya población duplica a la de Nueva York.
Una de las principales rúbricas emitidas por los CDC es que los estados en donde se levante el confinamiento o las medidas para contener el virus deben entregar obligatoriamente los resultados de las pruebas antes de cuatro días. En los últimos días, la agencia emitió otras recomendaciones para no realizarles nuevos exámenes a la mayoría de los pacientes que tuvieron COVID-19 con el fin de confirmar su recuperación.
"Eso está obstruyendo el sistema", dijo el subsecretario de Salud, almirante Brett Giroir, a la prensa la semana pasada.
Según información de El Nuevo Día, en Florida, donde el estado confirmó el miércoles 9,785 casos nuevos y la cifra de muertos subió a casi 5,500, se ha ordenado a los asilos que efectúen pruebas a todos los empleados cada dos semanas. Sin embargo, hay quienes cuestionan ese punto debido a las grandes demoras en la entrega de los resultados.
Jay Solomon, director general de Aviva en Sarasota, una comunidad de ancianos con una residencia y una instalación de vida asistida, dijo que los resultados estaban tardando hasta 10 días en llegar.
“Es casi como: ¿qué estamos logrando en ese tiempo?”, preguntó Solomon. “Si esa persona no es puesta en cuarentena en esos 7 a 10 días, ¿está propagando sin darse cuenta?”
Los profesionales de la salud alertan de que entregar los resultados dos o tres días después de la toma es casi inservible debido a que ha terminado el periodo para rastrear a las personas con las que el infectado tuvo contacto a fin de impedir contagios adicionales, lo que ocasionaría problemas de salud pública.
*Con información de El Nuevo Día